En los próximos años el estado de Aguascalientes y su ciudad capital enfrentarán retos significativos en su seguridad hídrica.
Por un lado, se observa un abatimiento acelerado en el nivel de los acuíferos (que representan el 70% del agua consumida). En estos la extracción supera a la recarga por un volumen equivalente a llenar 700 veces el Estadio Victoria cada año. La calidad del agua tanto en fuentes superficiales como subterráneas se ha deteriorado de manera importante.
Este riesgo se verá potenciado por los 130 puntos de descarga de aguas residuales municipales sin tratamiento. A esto se suma al cambio climático: se espera que para el 2030, haya una reducción de casi 15% en la disponibilidad del agua para la zona.
Estas situaciones representan un grave riesgo para el desarrollo económico y social, así como para la integridad de los ecosistemas de los que dependen la Ciudad y el Estado no sólo para abastecerse de agua, sino para obtener otros beneficios (como salud, biodiversidad y la capacidad para mitigar los efectos del cambio climático).
La situación es crítica actualmente, dada la dependencia a las fuentes de agua subterránea que presentan un déficit considerable.
Amenazas para la seguridad hídrica
- Sobreexplotación de agua subterránea. Actualmente se extrae más agua de la que naturalmente puede recargarse al acuífero. Los diferentes estudios calculan una sobreexplotación de 284 millones de m3 al año (más de 2.5 veces la producción anual de agua potable del municipio capital).
- Baja eficiencia y productividad en el uso del agua. La agricultura aporta solo 4.1% del PIB del estado y es el sector que más utiliza el recurso (77% del agua se destina a este rubro), comparado con la industria y el uso municipal (48% y el 47.8% aportados al PIB, respectivamente). En los usos agrícolas se utiliza entre 40 y 70% más agua de la necesaria para los diferentes cultivos bajo riego y constituye el 70% de la extracción total.
- Alteración de patrones hidrológicos por transformación de ecosistemas y cambio climático. 53% de la superficie territorial del estado cuenta con paisajes transformados; por lo tanto, se tienen altos niveles de erosión (150 millones de toneladas de partículas se mueven al año). Esto ocasiona una reducción de aproximadamente 14% de la producción de agua en las cuencas, atribuibles al cambio climático.
- Baja calidad del agua superficial reduce la disponibilidad. Actualmente se cuenta con una capacidad instalada para tratar 4.7 m3/s pero el caudal tratado es equivalente al 47% del total generado.