Icono del sitio Líder Empresarial

Los retos de las mujeres empresarias

Pese a los avances que se han logrado en los últimos años en materia de equidad de género, las mujeres siguen enfrentando varios problemas a la hora de incursionar y tratar de destacar en el sector empresarial. La desigualdad salarial, la carencia de créditos y financiamientos adecuados para iniciar un negocio, la falta de empoderamiento femenino y una cultura excluyente, son sólo algunos de ellos.

Líder Empresarial habló con la Asociación de Mujeres Empresarias Líderes de América y el Caribe (AMELAC) y Tlanemani respecto a los impedimentos que tienen que sortear las mujeres hidrocálidas y mexicanas al momento de conformar una idea de negocio.

“El primer problema que enfrentamos es el temor a hacer las cosas. Muchas veces traemos ese prejuicio muy arraigado de pensar que como soy mujer, no lo voy a lograr, explica Angélica Ortega, presidenta de AMELAC.

Varios estudios han revelado esa situación. De acuerdo con un informe del Banco Mundial hecho en 2012, menos de la mitad de las mujeres (47.7 por ciento) se cree capaz de arrancar y manejar su propia empresa. En los hombres, la cifra es considerablemente mayor (62.1 por ciento). Otro informe del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), publicado en 2017, difundió que en México los hombres se perciben con mayor capacidad para emprender y tienen menor miedo al fracaso que las mujeres.

“Es algo estructural. Las mujeres siguen teniendo un rol predeterminado dentro del hogar y eso impide que puedan desarrollar una función completa o entregarle el 100 por ciento del tiempo a su proyecto productivo, aun cuando tengan las capacidades. Si el rol de la casa fuera compartido, sería mucho más fácil que pudieran desarrollarse en el exterior», apunta Karina Barba, fundadora de Tlanemani.

El Banco Mundial señala que «en todo el mundo las mujeres dedican más horas al día que los hombres a la prestación de cuidados y a las labores domésticas».

Pero ese no es el único problema que perciben las líderes empresariales. Otro de ellos llega normalmente al momento de empezar su proyecto: cómo conseguir el financiamiento suficiente para emprenderlo. 

«Cuando pides un tipo de apoyo económico generalmente pasan dos cosas: te cierren las puertas o las instituciones asumen que como eres mujer, quieres abrir un pequeño negocio sin conocer a profundidad de qué se trata el proyecto y, por lo tanto, el crédito otorgado es insuficiente para llevar a cabo la idea”, explica Ortega. Por su parte, Karina Barba lo resume así: Siguen acotando a la mujer a microempresa.

Ahtziti Guerrero, vicepresidenta de Tlanemani, da cuenta de ello. Quiso establecer su propio negocio y solicitó un préstamo. Se sorprendió al ver que el proceso se dificultó cuando decía no tener esposo o pareja, algo totalmente diferente si respondía que sí. Y así como ella, muchas más mujeres: «Lo hemos visto en muchísimos casos. Nos dimos cuenta de que socialmente existen limitantes para una mujer ‘sola’. Debes de cumplir con un perfil socialmente aceptable».

Otro dato desfavorable es el aportado por el Banco Interamericano de Desarrollo: en México, sólo 5 por ciento de los puestos directivos en las compañías están ocupados por mujeres. Por el contrario, Colombia registra el 15 por ciento.

Pese a este escenario pesimista, las representantes de ambas organizaciones creen que se ha ido avanzando paulatinamente en cerrar la brecha de género, aunque todavía queda mucho por hacer“Siguen existiendo los prejuicios de que si eres mujer no te puedes dedicar a ciertos sectores; pero definitivamente ha avanzado, hemos crecido. Tenemos más participación en todas las industrias. Por poner un ejemplo: Mayra González es la CEO de Nissan Mexicana, un sector [el automotor] en el cual es muy difícil abrirse camino”, declara la líder de AMELAC.

A pesar de esto, no son optimistas en cuanto a que disminuya pronto, de manera significativa, la desigualdad de género imperante. “Por lo menos hasta dentro de veinte años”, explica Karina Barba y realza los esfuerzos del sector empresarial femenino del estado, el cual cada día “va destacando más y abriéndose más espacios para formalizar sus negocios”.

En este sentido, resalta la sinergia que han establecido con otras organizaciones como Mujeres Empresarias Mexicanas (MEMAC) y su presidenta, Karla Martorell Moya, para impulsar y robustecer la presencia de las mujeres en el ámbito productivo.

¿Qué falta hacer para contrarrestar los obstáculos a los cuales tienen que enfrentarse? «El empoderamiento de la mujer es un tema que debe de ser socializado porque muchas personas no lo entienden. No debe de ser desde la imposición, sino desde la creación de una conciencia a partir del desarrollo de políticas públicas transversales impulsadas por el Gobierno; pero dirigidas no únicamente a mujeres, sino también a hombres, a la sociedad en general. Tenemos que estimular a la iniciativa privada para que se socialice y entienda la desigualdad de género existente», responde la fundadora de Tlanemani.

Salir de la versión móvil