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Los retos de la industria automotriz: ¿Qué cambiará y hacia dónde hemos de ir?

Por: Armando Ávila, Ex Vicepresidente de Manufactura Nissan mexicana

Ante los golpes económicos por el COVID-19 y las transformaciones tecnológicas dadas en este periodo, la recuperación de la industria automotriz proyecta grandes retos a fin de restablecer su competitividad en el mercado global. De esta forma, la carrera hacia la automatización, el desarrollo de motores de combustión eléctrica y la conectividad serán claves para la supervivencia del sector -así como la de su cadena de valor-.

En el caso de México, donde el sector automotriz posee gran relevancia por ser uno de los principales exportadores de autopartes y vehículos en el mundo, deberemos estar atentos a los cambios que se avecinan. En especial, debemos atender a la configuración de los nuevos modelos eléctricos, ya que esto implica uno de los más grandes cambios en la historia de la industria.

La reconfiguración de la cadena de valor disminuirá significativamente la producción y la demanda de insumos que antes se creían indispensables en la industria vehicular. Tal es el caso de los motores a gasolina y autopartes como transmisiones, clutches, frenos, tubos de escape, turbo-cargadores, arneses, etc.

El descenso en la fabricación de estas autopartes traerá consigo nuevas demandas en la innovación de motores eléctricos, en las baterías de alto rendimiento, al igual que un mayor consumo de materiales como aluminio, cobre, litio cobalto, grafito y otros semiconductores. Dichos materiales sustituirán al metal y harán más ligeros a los vehículos, con una mayor eficiencia en su grado de autonomía.

¿Cómo enfrentar estos desafíos? Para grandes retos se requieren grandes inversiones y apoyos que correspondan a las necesidades de la industria automotor. Es imprescindible que trabajemos juntos con miras a estos nuevos escenarios, cada vez más palpables. No hay marcha atrás en estas nuevas tecnologías. Debemos analizar y entender cuál será el impacto a nuestro negocio dentro de la cadena de valor.

Ya que varios implementos quedarán obsoletos ante los avances tecnológicos, los actuales proveedores de autopartes deben tomar decisiones para definir su propio rol e integrarse a la nueva cadena de necesidades tecnológicas.

En algunos casos, la reconversión de ciertos procesos hacia esta nueva generación de autopartes puede ser viable; no obstante, implica mucho esfuerzo y una planeación profunda que genere perspectivas óptimas a mediano y largo plazo. En este sentido, las alianzas estratégicas entre compañías del mismo giro pueden fortalecer el desarrollo y la adaptación ante los desafíos a enfrentar.

Finalmente, las políticas públicas son determinantes en este proceso de transformación industrial que, sin lugar a dudas, será trascendental para México. Es necesario que se favorezca la cadena de valor de este sector a través de incentivos para la inversión, subsidios a compañías del clúster automotriz, así como la destinación de mayor presupuesto a los centros de investigación (sólo por mencionar algunas estrategias).

Bastará observar y reproducir aquello que hacen los líderes en la innovación automotor -como algunos países asiáticos y europeos- para avanzar en esta materia, así como enfrentar de mejor manera los retos en la reestructuración de la industria. 

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