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Los hornos que salvaron una pequeña comunidad de Michoacán

Erongarícuaro, una pequeña localidad michoacana cerca de Pátzcuaro, fue productora de ladrillo durante más de 200 años. Los hornos daban de comer a cientos de personas de la comunidad, pero poco a poco se fueron apagando. 

La caída de los precios y la necesidad acabaron este negocio y cerca del 20% de los hombres del pueblo decidieron probar suerte «al otro lado». Los pocos hornos que quedaron en uso fueron cerrando y, como en muchas otras regiones del país, las remesas se convirtieron en el principal ingreso de las familias.

El dilema de los más jóvenes

Para jóvenes como Zey y Gabriel, nacidos en una región con su economía productiva prácticamente destruida, la única oportunidad de prosperar era marcharse. Pero decidieron quedarse y buscar una salida; no solo para ellos, sino para sus paisanos.

Así es como nació Hermol, una empresa cuyo objetivo es reactivar las actividades productivas de las comunidades de Michoacán para elevar su nivel de vida.

«Le redondeamos al Oxxo pero al artesano le regateamos».

Gabriel y Zey fueron dos de los emprendedores que pasaron por el Instituto Irrazonable 2016, que tiene su sede en Aguascalientes. Durante las cuatro semanas que vivieron en tierras hidrocálidas, estos dos michoacanos recibieron asesoría de mentores de altísimo perfil que les ayudaron a dar forma a su modelo de negocio, pero sobre todo, lograron fondearse una financiación de más de 80 mil pesos para su proyecto.

Gracias a esos fondos, Hermol podrá repetir la experiencia de Doña Virginia, cuyo marido emigró a Estados Unidos buscando una vida mejor, dejando abandonado su horno de tabique. Ahora, da empleo a otras tres personas y percibe un salario de más de 10,000 pesos mensuales, algo lejos del alcance de muchas personas de todos los puntos de la república.

Perfil: mujeres jefas de familia

«Los productores son la mayoría mujeres porque ‘el viejo’ se les fue a Estados Unidos», señala Gabriel Molina, contento de ver cómo su proyecto da esperanza a más de 20 familias (gracias a la reactivación de cinco hornos) «de vivir de sus actividades productivas».

A este joven de 22 años le preocupa que los artesanos estén abandonando su actividades productivas, un hecho en el que han intervenido muchos factores, pero del que todos somos algo responsables: «Le redondeamos al Oxxo pero al artesano le regateamos».

Según él, «si recuperamos esas actividades productivas podemos reactivar la economía de muchas comunidades». Así, su proyecto ayudar a «aprovechar los recursos de la región y experiencia en la elaboración de productos con técnicas artesanales y fortaleciendo la producción y comercialización de sus productos en mercados de valor».

Su siguiente paso es en Santa Clara del Cobre Michoacán, un proyecto que explican en su perfil de Fondeadora: donde se esta trabajando para impulsar los sueños de los pequeños creadores; niños que realizan artesanías de cobre en la «Escuela del Artesano», creando un modelo de fondo de ahorro con el que puedan pagar sus estudios universitarios.

Hermol – Unreasonable México from Fondeadora on Vimeo.

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