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Los hermanos que son a su vez socios y aliados

hermanos socios

Foto de Medienstürmer en Unsplash

Por: Mario Rizo, Socio encargado de la oficina Guadalajara en Salles Sainz Grant Thornton.

“Ayuda a que la barca de tu hermano pase al otro lado, y verás cómo tú también llegarás a la orilla”, proverbio hindú.

No hay nadie en quien se pueda confiar más que en los propios hermanos; por otro lado, con nadie nos peleamos de manera tan intensa como con ellos. ¿Es posible trabajar con los hermanos sin morir en el intento?

Una empresa familiar liderada por hermanos tiene sus ventajas, pero también sus retos. Los hermanos pueden ser los mejores aliados o los peores rivales, y la calidad de su relación se debe a factores que se retoman hasta la niñez, donde se pudo haber forjado una gran lealtad o una fuerte rivalidad. Trabajar entre hermanos requiere un nivel especial de madurez, cosa que me recuerda esta curiosa anécdota que leí hace unos días: un viejo labrador, al ver que sus tres hijos estaban cada vez más desunidos, fue al bosque a recoger un montón de ramas, las ató lo más fuerte que pudo y llamó a sus tres hijos para pedir su ayuda. Cuando el hombre se encontró con ellos les pidió que rompieran por la mitad las ramas, ya que él no tenía la fuerza para hacerlo. Los tres lo intentaron y los tres fracasaron.

Fue entonces cuando el padre desató las ramas y las dividió entre sus hijos, quienes por fin pudieron romperlas, una por una. “¿Lo ven? Las ramas separadas se rompen con facilidad, pero, juntas son irrompibles, así deben de estar ustedes unidos”, dijo el labrador.

La primera condición para escoger un socio es conocerlo lo suficiente para tenerle confianza; la segunda es que sus habilidades complementen las nuestras. En ese sentido los hermanos tienen la ventaja, pues crecieron juntos, comparten los mismos valores y conocen a la perfección sus respectivas fortalezas y debilidades.

Sin embargo, una mala relación en la infancia, y los traumas que en ella sucedieron (y que quizá al día de hoy no se han resuelto) suponen un reto. Uno de los problemas más comunes es la rivalidad entre hermanos que proviene, por ejemplo, de los padres haciendo comparaciones entre ellos, creando una competencia poco sana. Existe, sin embargo, la llamada teoría de la divergencia, desarrollada por Frank Sulloway, que sostiene que la competencia es la clave de la evolución, por lo que es normal que los hermanos compitan por la atención de los padres. Si la competencia es inevitable, al menos esta puede canalizarse para lograr que cada hermano destaque en áreas diferentes, lo que convierte a la competencia en complementariedad. Si reconocemos nuestras aptitudes, pero también las fortalezas de nuestros hermanos, esto puede ayudarnos a crear sinergias muy productivas.

¿Cuántas veces no hemos escuchado que las empresas dirigidas por hermanos se han venido abajo, normalmente durante la segunda generación, al no saber compartir el liderazgo? Dentro de los mayores consejos que me gusta dar a empresarios familiares, está el que sepan diseñar los perfiles de trabajo con base en la personalidad de cada uno de los hermanos, para así aprovechar al máximo las fortalezas que los distinguen.

Sentarse y definir lo que disfrutan hacer, así como poner esas funciones y metas sobre papel, ayudará a aprovechar al máximo sus habilidades. La falta de trabajo de equipo y una mala comunicación entre hermanos son los dos factores que influyen negativamente en el correcto funcionamiento de la empresa; sabiendo cómo hacer frente a estos dos puntos puede hacer toda la diferencia.

Para hacer que la sociedad con un hermano sea funcional se necesita el respeto entre ellos, una buena comunicación y generar procesos que permitan una toma de decisiones efectiva entre los involucrados. Hablar de una empresa familiar liderada por hermanos es hacer referencia a un esquema de segunda generación. En la empresa de primera generación, el padre o fundador es el que toma las decisiones, y en las de tercera se ha estipulado un sistema democrático; sin embargo, en las empresas de hermanos o de segunda generación ninguno de estos dos sistemas domina, sino que la empresa se encuentra en un punto medio, de transición. En este contexto, la mayor preocupación suele radicar en dos aspectos: el reparto de poder y la supervivencia de la empresa.

Una empresa entre hermanos puede irse preparando para los momentos de dificultad y considerar los tres puntos que serán clave para trabajar en conjunto:

Hay empresas que son un gran ejemplo de la forma de aprovechar esa relación fraternal al construir un negocio, tal es el caso de los hermanos Disney, quienes supieron construir un imperio gracias a su gran visión, haciendo un negocio rentable donde se aprovechaba la gran creatividad de Walt y la visión empresarial de Roy. El otro lado de la moneda es el caso de los hermanos McDonald, que terminaron cediendo su negocio a un socio comercial que se aprovechó de ellos. Un negocio con hermanos apasionados es un gran motor para hacer crecer cualquier empresa si la fraternidad, la cooperación y la buena comunicación se suman.

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