Icono del sitio Líder Empresarial

Betty Cardiel: la sonrisa detrás de la ingeniería

Por Paola Barba Segovia

Los mejores regalos siempre vienen de las personas; pero esos regalos no son cosas, son su esencia misma, cuando te dejan ver su interior y te comparten su grandeza, su riqueza y te hacen vibrar.

En la búsqueda por compartir experiencias de mujeres valiosas que nos inspiren, acudí a una entrevista con Albertina Cardiel: directora digital de Softtek Texas, quien desarrolló un sistema de ciberseguridad y tiene gran experiencia en tecnologías de la información, gestión de proyectos, protección de datos, entre otros temas.

Es una profesionista con muchos logros. Ha capacitado a empresas en Silicon Valley sobre datos encriptados, fue speaker en las TED Talks y ha escrito artículos en revistas reconocidas a nivel internacional; pero en este encuentro, lo que quería descubrir verdaderamente era a la persona: qué la inspira, qué la hace encantadora, por qué brilla tanto su mirada, por qué no pierde la sencillez a pesar de tener tanto éxito.

Nuestro diálogo se dio de forma muy natural; el primer tema fue su infancia. Betty me contó que nació en un pequeño poblado de Zacatecas. Con la educación de una familia con grandes valores, fe inquebrantable y una gran dedicación y compromiso por el trabajo, su primer reto fue salir de su municipio desde muy pequeña para continuar con sus estudios:

“Mis padres hicieron un gran esfuerzo por apoyarme para cursar la escuela. Desde los 13 años empecé a desplazarme hacia Aguascalientes, lugar que elegí para estudiar. Mi mamá me acompañaba a pie de carretera para tomar el camión y esperaba en la misma parada mi regreso”, refiere.

El empeño que veía de sus seres queridos para darle una mejor vida a ella y al resto de las mujeres que conformaban la familia, fue un aliciente importante para desarrollar su apasionada filosofía de vida.  Gracias a ello, se define como una mujer feliz y plena, aunque no niega que también ha tenido contrariedades en el camino, las cuales la han fortalecido y han sido un impulso para hacer de ella la mujer que es hoy.

Cuando le pregunté a Betty de qué se sentía orgullosa, sin dudar contestó: “de mis hijos”… Y con qué amor habla de ellos y de su esposo, quienes son sus tres motivos principales para ser mejor cada día. Ellos la han apoyado en su trayectoria profesional y siempre han comprendido los desafíos que conlleva su trabajo: “Me apoyan bastante y me muestran su orgullo y admiración. Hace poco, mi hijo mayor me escribió una carta en donde me dice que le gusta platicarle a sus amigos quién soy yo y lo que hago”.

“Algo que me hace sentir muy bien es que he ido paso a paso y puedo comprobar lo que digo, porque tengo hechos que me respaldan. Eso me da mucha credibilidad […] Mi familia y yo tenemos una formación en la que nuestro centro es Dios, y ese siempre ha sido nuestro pilar más fuerte”. Y vaya que lo demuestra, pues a lo largo de toda la charla, Betty tenía presente a Dios y con toda naturalidad le da el crédito a Él de su felicidad.

Con su gran trayectoria profesional recorrida, sigue persiguiendo distintas metas. Otro de sus retos es compartir su ideología a más mujeres que buscan seguir rompiendo barreras y sobresalir.

“En conjunto con Blanca Treviño, directora de Softtek, creamos hace año y medio el grupo de diversidad e inclusión, en el que invitamos a niñas de escasos recursos a la empresa para que vean que pueden trabajar con nosotros […] He participado en otros grupos que comparten ese mismo objetivo: el de ofrecer mayores oportunidades a las mujeres”.

Una mujer amable; agradable en su trato; preocupada por hacer el bien, por compartir sus experiencias y conocimientos; exitosa… ¿Qué le falta alcanzar? “Ver a mis hijos ser hombres de bien”. Su consejo para que lo logren es que vivan despacio, que no se dejen llevar por el mundo acelerado; las cosas se consiguen paso a paso y lo mejor es centrarse en lo positivo, en lo que sí tienen, y por último, que no eviten poner el corazón en lo que hacen.

Agradecimiento es el sentimiento con el que terminé este encuentro, fue una verdadera Alquimia conocer a esta gran mujer.

Salir de la versión móvil