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Los ecolocos del Congreso

Todo hace suponer que aquellos felices momentos de la niñez, ya no serán disfrutados por los pequeñines de Aguascalientes. El Partido Verde Ecologista de México está empeñado seguir fastidiando a la población. Le fue insuficiente echar a la calle, mandar a la informalidad, a más de 500 mil de los 14 millones de perros y gatos que conviven con 52 millones de personas —casi la mitad de la población del país—, al aplicarles el 16% del IVA a sus alimentos.

El reciente martes 11 de febrero, los cinco legisladores de  la LXII Legislatura que integran la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Congreso del Estado, presidida por el diputado Gilberto Gutiérrez Gutiérrez (del PVEM), aprobaron por unanimidad la iniciativa de reformas y adiciones a la Ley de Protección a los Animales para el Estado de Aguascalientes, para prohibir “espectáculos con animales silvestres o domésticos en funciones de circo”, porque son “privados de su libertad y la mayoría de las veces, solo salen de sus jaulas, cajas o liberados de cadenas para realizar trucos contrarios a su naturaleza, los cuales logran tras largas jornadas de entrenamiento que les provocan serias afectaciones físicas y emocionales en detrimento de su salud”.

De la espuria defensa de Gilberto Gutiérrez Gutiérrez y Anayeli Muñoz Moreno, diputados pertenecientes al PVEM, gotea una buena dosis de incongruencia, estulticia, simulación e ignorancia jurídica no subsanada por sus asesores, al promover una iniciativa con tintes discriminatorios.

Quizá lleguen al extremo de la paranoia al impedir el consumo de las galletas de animalitos, pero por lo pronto, organizan foritos de análisis en el edificio del Congreso y se dan tiempo para acudir al Circo Atayde con el propósito de manifestarse, dicen, y provocar el encuentro violento; porqué no acudieron, en tiempos de feria, a la plaza de toros y también al palenque para impedir las peleas y salvar a los gallos de los sangrientos navajazos que se propinaban diariamente, preguntan los escépticos.

Los supuestos protectores de animales blindan las corridas, a las que acuden gustosos para aplaudir los puyazos que le propina el gordito del caballo al toro. Disfrutan las banderillas colocadas por los subalternos, la espada de acero  y el estoque de descabellar enterrados por el matador en el lomo del animal, no muy dispuesto a recibir el cruel maltrato.

Ahí esta el caso de Anayeli Muñoz Moreno, la verde diputada local del PVEM, que alegremente acudía a las corridas de toros antes de ser candidata del PRI (y su mascota, el PVEM, otrora gatito del PAN), como ella misma presumió al subir a su Facebook una fotografía que reprodujo Reforma (14/06/2013).  Retomo la evidencia gráfica para acreditar el doble discurso de la ex locutora convertida en tucana.

Igualmente, los legisladores dejan fuera de la norma jurídica los delfinarios, las carreras de caballos y de galgos; los programas televisivos que presentan al mago sacando de su chistera al atarantado conejo o a la asustada paloma, más tullida que los pollos americanistas; al pajarero que guarda en su jaula a los canarios amaestrados, dispuestos a ganarse el alpiste —sin IVA, supongo—, al sacar de la caja el papelito de la suerte, casi siempre generosa; la charrería y al dueño del changarro que vende tacos de pastor… de pastor alemán, claro.

A los diputados solo les faltará impedir la echada a vuelo de palomas en actos religiosos, los parques zoológicos, los pericos hablantines, las fiestas infantiles con magos, los concursos de perros habilidosos y, “por qué no, hasta las industrias piscícola y pecuaria para que ni cucarachas podamos comer”, escribió el periodista Carlos Marín, director de Milenio Diario (12/02/14).

El presidente de la Comisión de Gobierno, Jorge Varona Rodríguez les enmendó la plana a los parlamentarios de la Comisión del Medio Ambiente, al declarar que no quieren “incurrir en contradicciones con la normatividad federal”.

Por su parte, el reconocido jurista Raúl Carrancá y Rivas estima que este tipo de reformas, las que prohíbe el uso de animales en circos, son constitucionalmente inviables.

La acusación del PVEM sobre el presunto maltrato de los animales en los circos que se presentan en Aguascalientes es grave, porque señala con el dedo flamígero a las autoridades federales y estatales, supuestamente omisas en la aplicación del andamiaje jurídico que regula la protección de los animales.

Los Ecolocos del verde desteñido gritan por los animales del circo, pero ignoran al resto de los integrantes del Arca de Noé mexicana. Guardan sospechoso silencio al aprobarse el IVA a los alimentos de las mascotas. Promueven la pena de muerte hasta el delirio. Y confunden la protección con la prohibición, el cuidado con la actividad, la gimnasia con la magnesia y al Cristo del Corcobado con el Cerro del Cubilete.

Porque el líder debe de saberlo: Tal y como lo anticipé oportunamente en este espacio el 15 de mayo reciente, Gustavo Madero fue electo presidente nacional del PAN.

marigra@telmexmail.com

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