Obviando el lógico impacto sanitario del virus SARS-CoV-2 en el planeta, el estallido de la pandemia también será recordado por cimbrar la economía mundial, siendo la industria automotriz una de las más afectadas por la irrupción de la enfermedad.
Las afectaciones al sector fueron importantes aún cuando la epidemia se localizaba principalmente en China, en la ciudad de Wuhan -conocida como “Motor City”-, en la provincia de Hubei: la confinación masiva en el país asiático y el cierre temporal de fábricas condujeron a una interrupción severa en la cadena de suministro global, pues más de 80% de la proveeduría de la industria automotriz está ligada a China, según KPMG.
“El COVID-19 ha parado la estructura de las armadoras en México y todo el mundo con un problema de demanda, pero también con un problema que China empezó a tener, que es la capacidad de proveeduría”, manifiesta Juan Pablo Calderón Patiño, enlace legislativo de la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotrices (AMDA).
Para el especialista, la emergencia sanitaria llegó en un punto en el que el ramo automotriz se veía envuelto por dos desafíos importantes: el primero, la transición energética hacia la producción de vehículos eléctricos e híbridos; y el segundo, una caída en el patrón de consumo global de vehículos derivado de diversos factores como la consolidación de Uber, Didi y otros sistemas de movilidad compartida.
Para México, la caída en la demanda de vehículos ya era notoria. Un reporte del banco canadiense Scotiabank lo ubicó como el tercer país con mayor decremento en la venta de automóviles en 2019, al mostrar un retroceso de 7.7%, únicamente superado por China (8.6%) y la India (11.9%).
Derivado de la crisis del coronavirus y siguiendo la dinámica negativa, el mes de marzo cerró con alrededor de 87 mil 517 unidades vendidas, el peor nivel de ventas en seis años. Esta cifra representó un desplome de 25.5% en comparación con el mismo mes del año anterior.
Las estimaciones para abril y mayo no son alentadoras: la AMDA prevé una caída del 92 y 93.3% respectivamente.
Renovación vehicular y financiamientos: Motor de recuperación
Para Juan Pablo Calderón, esta coyuntura puede ser aprovechada por México para incentivar, desde la implementación de políticas públicas, la renovación del parque vehicular hacia automóviles con mayor eficiencia energética.
Si bien la venta de vehículos eléctricos (VE) ha venido observando un crecimiento en el país, entre enero y agosto de 2019, estos automóviles representaron únicamente 1.67% de las unidades comercializadas en el país.
Asimismo, el enlace legislativo de la AMDA aboga por una mayor integración entre el sector público y la iniciativa privada para impulsar el mercado interno del país a través del reforzamiento de esquemas de financiamiento.
“Esto ha sido un talón de Aquiles por los serios problemas de bancarización. La reforma financiera implementada en el sexenio pasado posibilitó con gran éxito aumentar hasta más del 70 por ciento la comercialización de vehículos a través de diferentes mecanismos de financiamiento”, indica.
No obstante, esta cifra sigue siendo baja si se compara con países como Brasil o Argentina, donde 85% de las ventas se generan a través de algún crédito automotriz.
Aunado a la problemática del mercado interno, en 2019 ocho de los diez principales destinos del mercado automotriz mexicano sufrieron desplomes en las exportaciones, la mayoría de ellos con retrocesos de doble dígito (lideran Chile y Brasil, con retrocesos del 34.4 y 34.5%).
“Ha habido una incapacidad para diversificar los mercados de exportación. Nuestros principales compradores, que son Estados Unidos y Canadá, se están quedando sin recursos. ¿De qué nos servirá activar el T-MEC o adelantarlo como plantea el presidente López Obrador si no hay recursos para comprar vehículos?”.
¿Dónde queda Aguascalientes en esta crisis?
Aguascalientes tiene una relación intrínseca con el sector automotriz al representar cerca de una quinta parte del PIB estatal y alrededor de 50 mil empleos directos. Naturalmente, la incertidumbre que rodea al sector conlleva especulaciones sobre qué tanto impactará en el estado la emergencia sanitaria y la crisis económica.
No obstante, Otto Granados Roldán, exgobernador de Aguascalientes y presidente del Consejo Asesor de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), menciona que la pandemia halla al estado con una serie de fortalezas para mitigar el impacto.
Entre ellas, destaca el crecimiento sostenido de la entidad, a partir de su gran y rápida vinculación con el comercio internacional y el T-MEC (antiguo TLCAN) que le ha permitido sortear crisis pasadas, un nivel de inclusión y equidad social importante, la reducción de la pobreza, un manejo eficiente de las finanzas públicas, la certidumbre que inspira la entidad; entre otras.
No obstante, Granados Roldán sugiere una discusión entre todos los sectores de la sociedad que ponga en balanza las fortalezas y debilidades del estado para establecer, más allá de la emergencia sanitaria, una planeación de mediano y largo plazo del estado.
Señala que en ese diálogo debería abordarse el tránsito hacia una economía del conocimiento basada en la Cuarta Revolución Industrial, con sectores estratégicos como biotecnología, software, energía e industrias creativas, por mencionar algunas:
“Aguascalientes se presta para explorar esta batería de opciones y reconocer en cuáles podemos ser lo suficientemente competitivos para diseñar, formular y ejecutar una nueva política de promoción y atracción no sólo de inversión, sino de talento que nos permitan en el mediano plazo pasar de ser un emporio industrial esencialmente manufacturero a un emporio industrial pero de sectores de nueva generación y volvernos una ciudad del conocimiento, como algunos desarrollos en Boston, Montreal o Guadalajara”, señala.
Disfruta de la charla completa entre Otto Granados Roldán y Juan Pablo Calderón Patiño en el webinar “Retos para la Industria Automotriz ante la Crisis”, disponible en el canal de YouTube de Líder Empresarial.