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López Obrador y la incertidumbre económica

La noche del domingo 28 de octubre, el equipo de transición del Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer los resultados de la denominada  “Consulta Nacional sobre el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México”.

Como se esperaba, la mayoría de los participantes en dicho ejercicio (761 mil 774, equivalente al 69.94 por ciento), votaron a favor de “reacondicionar el actual Aeropuerto de la Ciudad de México y el de Toluca y construir dos pistas en la base aérea de Santa Lucía”.

A la mañana siguiente, el lunes 29 de octubre, el propio López Obrador informó que en apego a los resultados que arrojó la “consulta” se van a construir dos pistas en el aeropuerto militar de Santa Lucía.

“Se va a mejorar el actual aeropuerto de la Ciudad de México y se va a reactivar el aeropuerto de Toluca. De esta manera vamos a resolver en poco tiempo la saturación del actual aeropuerto de la Ciudad de México. La decisión que tomaron los ciudadanos el día de ayer es racional, democrática y eficaz”, expuso, además de asegurar que los empresarios con inversiones y obras en Texcoco recibirán el respaldo y aval de la nueva administración y serán respetados los contratos pactados.

También minimizó la depreciación del peso frente al dólar atribuida a la determinación tomada de cancelar las obras en Texcoco, señalando que “no es significativo, les diría que no representó prácticamente nada de alteración, y que técnicamente habría que ver si es atribuible a esto. Porque durante la consulta se habló de depreciación y en los días de la consulta el precio se fortaleció. Pero se hablaba de depreciación, y muchas veces se dan estas cosas por factores externos, no necesariamente por lo que se está señalando, de modo que hay que esperarnos, no hay nada que temer”, dijo.

El mismo lunes, pero más tarde, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, advirtió que las obras y la concesión de Texcoco se mantendrán sin cambios hasta el término de su administración, y advirtió que de mantenerse la decisión del gobierno entrante de cancelar los trabajos se tendría que hacer frente al pago de compromisos que conllevarían el uso de recursos fiscales adicionales.

¿Y ahora qué?

Partidos políticos como el PAN, PRI y PRD, además de organismos empresariales como el Consejo Coordinador Empresarial y Coparmex, por mencionar algunos, han coincidido en manifestar su rechazo a la determinación de cancelar las obras de Texcoco, tomando como base los resultados de una consulta que es ilegal, haciendo énfasis en las fuertes implicaciones tanto económicas como financieras que enfrentaría el país.

Sobre el particular, el presidente del Colegio de Economistas en Aguascalientes, Jael Pérez Sánchez, mencionó que hay determinaciones políticas que invariablemente tienen una repercusión económica.

“Cualquier declaración de este tipo, lo primero que manda es una señal de incertidumbre hacia la comunidad de inversionistas mexicanos y extranjeros”, refirió, “cuando tú inviertes en un país, lo que importa es qué tanta garantía tienes, entonces creo que eso es lo más importante, la señal que se manda a la comunidad de inversionistas”.

Añadió que una vez que se cancele la obra, pues todavía no está ejecutada la decisión, se tendrán que pagar las multas que esto implique, de acuerdo a las cantidades fijadas en los contratos.

El especialista comentó que de acuerdo a los expertos la cancelación de los contratos costaría 250 mil millones de pesos, que es el costo que tendría realizar el aeropuerto ahí en Texcoco, es decir, sale más barato hacerlo que no hacerlo.

Asimismo, mencionó que las señales de incertidumbre no solamente tienen un efecto directo en la comunidad de inversionistas, sino también en los mercados cambiarios y en las bolsas; el precio del dólar se fue a los 20.70 pesos, tan sólo con el anuncio del resultado de la consulta.

“Lo importante es qué señal estás mandando a la economía nacional y a la economía internacional, de cuál va a ser tu política con la cual vas a estar trabajando y tomando las decisiones”, dijo.

Agregó que la incertidumbre no es buena para la economía y si el sexenio que está por comenzar va a estar marcado por la incertidumbre, nos puede ir mal.

“Si va a estar marcado (el sexenio) por hacer determinados proyectos con base a consultas sin una metodología clara, endeble, con baja representatividad, sin una estadística que asegure lo que están haciendo, sin un fundamento legal que avale estas características, esto no le hace bien a la economía y claro que tiene repercusiones; no podemos seguir con estos mecanismos, porque finalmente la economía cobraría factura, sin duda”, advirtió.

Asimismo, el presidente del Colegio de Economistas consideró que no podemos tener una política económica de ocurrencias; “creo que la gente que está nombrada en muchas de las áreas, es una muy capaz, pero finalmente lo que importa mucho es la cabeza; aunque a lo mejor tengan ideas contrarias a las del próximo Presidente, será difícil tratar de validar sus decisiones, no es una tarea fácil la que tienen”, añadió.

 

 

 

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