Por Xicoténcatl Morales Hurtado
CEO SELF México
Cualquier proyecto de crecimiento empresarial encuentra en su camino oposición y dificultades externas. Hoy enfrentamos una crisis global que golpea a las familias, a las unidades de negocio y, por supuesto, a los gobiernos.
En casos de emergencia muchos corremos el riesgo de quedarnos atrapados en una sola perspectiva, haciendo que nuestra competitividad se sienta trabada. El ensimismamiento, la preocupación y las dudas sobre el efecto del COVID-19 son emociones que también pueden resultar altamente contagiosas.
Responde a la situación
Fue Viktor Frankl el hombre al que se le adjudica la promoción de la escuela terapéutica que llegó a convertirse en una de las más grandes disciplinas del siglo XX: la logoterapia. Según lo que conocemos de su biografía, él enfrentó el confinamiento brutal en la Alemania nazi, fue privado de su libertad en los campos de concentración, vio morir a su familia y amigos y, sin embargo, se atrevió a apostar por un futuro más prometedor.
De acuerdo al impacto que generaron en su vida las experiencias lamentables narradas en sus obras, todo apuntaba para que su existencia quedara marcada para siempre por el trauma.
Sin embargo, la adversidad se volvió el principal combustible de sus ideas, legándonos profundas lecciones de vida.
¿Quién domina tus emociones?
Quizá los directivos de empresas estén buscando respuestas concretas para rescatar sus unidades de negocio ante esta situación. La psicosis social no ayudará a encontrarlas, así que es necesario cambiar de actitud.
Para la logoterapia hay tres principios que deberíamos meditar a fondo:
- La vida es una incertidumbre y querer controlarla nos dará dolores de cabeza. Necesitamos algo por lo qué vivir, más que algo qué hacer.
- Nuestra libertad interna exige que seamos responsables de cada decisión. Si dejamos que el temor controle nuestras emociones estaremos privados para ejercerla.
- La tensión y el conflicto son necesarios para clarificar la visión de quiénes somos. Buscar salir de un problema sólo para correr tras la gratificación, nunca nos hará crecer.
Ante la situación de vacío, frustración o desesperanza, la logoterapia resulta una opción efectiva que nos hace tomar consciencia de un desequilibrio presente pero, más importante aún, de anhelar un destino dichoso.
Apliquemos los principios
¿Puede la logoterapia ayudarnos hoy a establecer las prioridades de nuestras decisiones inmediatas pensando en un mejor porvenir?
La siguiente lista, inspirada en el pensamiento de Viktor Frankl, quizá ayude a elevar el ánimo de los empresarios que están cansados de oír malas noticias esperando por el contrario recuperar su motivación:
- Debemos enfrentar las crisis como agentes de cambio.
- Centrarnos en el significado de la existencia nos ayuda a interpretar el conflicto.
- La sensación de propósito mantiene activa la voluntad.
- Una “fuerza primaria” (como la fe o la búsqueda de sentido) importan más de lo que creemos.
- El enfrentar y aclarar los motivos por los que actuamos es parte de la crisis.
- El ser humano es testigo de su propio cambio y el único que puede definirlo.
- El decir “por qué” y “para qué” nos ayudan a anhelar un mejor mañana.
- Mirar más hacia adelante buscando quehaceres realistas es una actitud necesaria.
Aplicación a la vida corporativa
Según Maribel Rodríguez, la logoterapia tiene la función de ampliar y ensanchar el campo visual de las personas, haciendo que salgan de la estrechez generada por las limitaciones que ofrece una situación fatídica.
Ser creativos, prácticos y capaces de contraponer el amor al sufrimiento son algunas de las recomendaciones que esta escuela terapéutica nos señala como atributos principales de las personas enfocadas en su autotrascendencia, y por ende calificadas para enfrentar los riesgos que envuelven la vida.