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Lo que los demás promueven de ti

Carlos de Luna

MINT Mercadotecnia Integral

 

Desde niños, a muchos de nosotros nos comentaban nuestros padres, maestros o abuelos que existen los actos buenos y los malos, que nuestra conciencia se conforma de negro y blanco, de lo sucio y lo limpio, del amor y el rencor. Toda esa carga emocional de cada concepto nos llevó a ser lo que somos; pero es lo que nos toca observar y vivir, principalmente en la infancia, lo que realmente marca nuestro destino.

Cada uno es el encargado de evaluar y ponderar las cosas buenas y las malas. Si tuvimos amigos con resentimientos lo comentábamos con la familia, era ahí donde se vertían todas las cosas que nos sucedían; admirábamos a quienes hacían cosas buenas y mostraban su éxito, y rechazábamos a quienes hacían actos malos y hablaban con perjuicio de los demás o de sus mismos infortunios. Parecía que no nos dábamos cuenta, pero cada acción o momento vivido se iba registrando en un árbol de decisiones.

En la familia no se puede ocultar quién es cada uno de los integrantes y lo que hace o deja de hacer cada día. Una vez que tuvimos la oportunidad de elegir nuestro destino, la mayoría tomamos decisiones cada vez menos consultadas en casa, por esa misma inercia a elegir determinaciones que darían una esperanza a nuestros anhelos. Especialmente deseo comentarles cómo recuerdo los últimos días del bachillerato, cuando nos despedimos de quienes probablemente no volveríamos a ver hasta dentro de algunos años. Después de esta despedida, nos fuimos dando cuenta de que el reto estaba en consolidar nuestro propio futuro.

El resultado de lo que somos puede ser lo que nos enseñaron en los primeros diez años de nuestras vidas, o probablemente no; pero sin duda alguna es lo que hemos decidido hacer. Así son las empresas. Las corporaciones se forjan en valores y principios que marcan su rumbo y destino. Los dueños de negocios exitosos son consecuencia de la oportunidad de escoger entre lo bueno y lo malo, la verdad y la trampa; de rodearse de gente competente o personas sin anhelos. La realidad es que independientemente a lo que se dedique una compañía, ya sea muy pequeña o demasiado grande, los trabajadores estarán con todos sus sentidos observando los actos del director, porque las organizaciones son lo que sus dirigentes hacen y dejan de hacer.

En este ejemplar de Líder Empresarial, Tere Jiménez se muestra como una mujer con visión. El artículo nos presenta a una persona que tiene claro que no se puede ocultar lo positivo o negativo de nuestras acciones diarias; todo lo que hacemos se califica, se evalúa y se registra. Sin duda, es una mujer que ha superado retos y está consciente de que debe entregar resultados positivos. No es casualidad el cargo que representa, ella asume ser alcaldesa porque a ello ha encaminado su causa. Contagiar a sus colaboradores de energía y entusiasmo debe ser apasionante, porque es consciente de que hacer las cosas bien es lo que los demás promueven de ti.

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