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Lo que dejó el debate…ciudadano

Con un formato fresco y novedoso, se desarrolló el Debate Ciudadano entre los candidatos a la alcaldía de Aguascalientes, un encuentro  que puso sobre la mesa las condiciones para generar un intercambio de ideas entre los ciudadanos, quienes tuvieron la oportunidad de cuestionar a los contendientes capitalinos sobre los planes, estrategias y acciones que llevarán a cabo en el Ayuntamiento en caso de que resulten ganadores en los comicios del próximo 2 de junio.

El debate , convocado por diversos organismos empresariales y asociaciones civiles, se desarrolló en el Palenque de la Feria, cuyo escenario fue habilitado para disponer a los diez candidatos en un círculo, cada uno en su lugar para recibir y escuchar las preguntas vertidas hacia ellos. Los grandes ausentes fueron los candidatos Netzahualcóyotl Ventura Anaya, del PRI; y Elizabeth Ortega Luévano, del PT.

El encuentro comenzó con un primer bloque de presentación, segmento que aprovecharon los candidatos para exponer su trayectoria profesional, rememorar sus orígenes, reivindicar sus propuestas, alabar el modelo del debate o reseñar los logros políticos que han alcanzado.

En la segunda parte del debate, el Juan Camilo Mesa Jaramillo, rector de la Universidad Cuauhtémoc, le realizó una pregunta sencilla pero concreta a los candidatos: ¿Cuáles consideras tú que son los dos problemas más complejos de la ciudad y cómo los solucionarás?
Hecha la pregunta, un minuto y medio para cada aspirante, 90 segundos para condensar un diagnóstico y dos remedios. Pudiera parecer tiempo insuficiente para lograr una respuesta detallada,  pero el alto número de candidatos (es la elección con mayor número de contendientes registrados) amerita contestaciones directas y sin rodeos.

“Agua y Seguridad”, contestaron la mayoría de los candidatos. Tere Jiménez dijo que si la ciudadanía le permite continuar dos años más al frente del Municipio, generaría un proyecto integral en relación con el vital líquido, mientras que en la seguridad apuntaría a una mayor coordinación entre los tres niveles de gobierno; Arturo Anaya propuso la Guardia Municipal, no sin antes advertir que la situación de seguridad en el municipio la encamina a convertirse en ‘Guanajuato’; Iván Sánchez Nájera abogó por una ciudad más incluyente a través del del Derecho a la Ciudad.

El candidato del Partido Libre de Aguascalientes, Pérez Almanza, señala que “bajará la educación a las colonias” para subsanar la ausencia de valores en la ciudad; Jaime el Pollo Durán (Movimiento Ciudadano)  sostiene que el principal problema es la corrupción, por lo que anuncia la creación de un Consejo Consultivo que garantice procesos transparentes en las licitaciones públicas; Nathanael Saucedo Silva (PVEM) propone restaurar el tejido social y acabar con la inseguridad a través del fortalecimiento de espacios públicos (“canchas de usos múltiples”, es su propuesta)”; Kike Maracas, de Unidos Podemos Más,  promete con acabar con el contrato de Veolia; y Armando Quezada, de Nueva Alianza, dirige su estrategia a que el Ayuntamiento coadyuve a la Ley General de la Educación.

El Debate Ciudadano se originó por la iniciativa del gremio empresarial de Aguascalientes

Acto seguido, comenzó el tercer bloque del encuentro, quizá el más esperado, aquel que permitió a los ciudadanos cuestionar (“entrevistar”, dicen los dirigentes empresariales) a las figuras que optan por dirigir el municipio capital. Un formato que evita los discursos acartonados que propician los debates oficiales organizados por el Instituto Estatal Electoral. Así, de esta manera, cada candidato respondió preguntas hechas directamente por ciudadanos  a través de las redes sociales, y por actores de la sociedad civil organizada que acudieron al Palenque.

Las preguntas lanzadas por la sociedad versaron sobre distintos temas: seguridad, movilidad, agua, turismo, aborto, educación, energías renovables, corrupción, transparencia, licitaciones, etcétera.
Naturalmente, los cuestionamientos y las réplicas de los ciudadanos exigían una mayor argumentación y calidad en las respuestas y planteamientos de los candidatos; generaba una confrontación de ideas y exposiciones que tendría que haber derivado en un esclarecimiento sobre el plan de cada candidato en caso de resultar alcaldes de Aguascalientes.

Sin embargo, la premisa anterior no se cumplió en su totalidad, y no fue precisamente responsabilidad de los ciudadanos. Por momento, el debate ciudadano se tornó en un toma y daca entre aspirantes; una suerte de retahíla de acusaciones entre ellos.

Es posible que tras el encuentro, las personas no hayan logrado disipar sus dudas sobre a quién apoyar; quizá otros salieron plenamente convencidos de quién merece su voto y confianza; cada uno de los aspirantes se proclamó ganador, algo previsible en estas instancias. Sin embargo, la única certeza -casi unánime- es que el Debate Ciudadano, por su formato y dinámica, representó un soplo de aire fresco en estas campañas.

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