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Lebasi: el bote que mejora la economía y la salud de la familia

Un producto fabuloso, pero totalmente desconocido en el país, eso era lo que el suizo Etienne G. Chenel tenía cuando decidió comercializar Lebasi, por primera vez, en México. La primera venta que hizo fue en el metro Insurgentes, en la Ciudad de México, pues al ver el hervidero de gente de aquel lugar, supuso que sería un excelente sitio para captar compradores.

El inicio de Lebasi, hace más de 22 años, fueron 14 cajas del producto, que Etienne logró vender aquel día: cada que lograba una venta, anotaba los datos de su comprador, los cuales utilizó posteriormente para conocer la opinión de cada uno y para comenzar a reunir personas interesadas en entrar al negocio y el consumo de este producto… de ahí surgieron algunos de los primeros distribuidores.

Esto sucedió en el año de 1998. Hoy en día, Lebasi es una empresa que está presente en varios países de América y que cuenta con más de 60,000 distribuidores. Es un sueño que nació en Suiza, un sueño que se hizo realidad en México, se expandió a otras naciones americanas y que busca dar a las personas salud y una oportunidad para mejorar su calidad de vida.

El suizo que se enamoró de México

“Llegué con 4,000 francos suizos a México y sólo venía de vacaciones; pero me enamoré del país, me enamoré de su gente…”, cuenta Chenel, mientras recuerda sus primeras impresiones de la República Mexicana y de lo que lo hizo elegirla como el lugar donde debía iniciar su negocio.

“Yo conocí Lebasi en Suiza, un producto que desde hace mucho tiempo se comercializa ahí; lo conocí por una amiga que me lo recomendó. Inicié a consumirlo y me hizo mucho bien. Esa misma amiga me contactó con personas de EUA, quienes me pidieron que los apoyara como consejero, que consistía en dar a conocer el producto en el país norteamericano compartiendo mi propia experiencia”.

Cuando él buscó comercializarlo en México decidió aplicar un modelo de negocio a través de distribuidores, debido a que le permitiría crear un círculo virtuoso y también porque se ajustaba a su filosofía de vida. “Enseña a pescar, no regales pescados; esa es mi filosofía de vida. Con Lebasi no sólo logramos dar a las personas un producto maravilloso; también les damos una oportunidad de mejorar su economía por medio de su distribución”.

El lactosuerum suizo Lebasi aporta grandes beneficios a la salud, ya que contiene 41 nutrientes naturales como proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales esenciales para el correcto funcionamiento del organismo humano. Puede ser consumido prácticamente desde que inicia la vida de un ser humano (a partir de los tres meses para ser más exactos) y hasta su vejez.

“Las personas venden salud. Trabajan con un producto bondadoso, nutricional, el cual les ofrece una oportunidad de crecer”, puntualiza Etienne.

Inicia el sueño

Lebasi comenzó a operar en octubre de 1998 en México y para mayo de 1999, ya estaba celebrando su primera convención anual de distribuidores. Etienne recuerda de esa época cómo muchas personas se sorprendían de los recursos que podían generar por medio del producto y su negocio: “Un señor me regresó su cheque porque pensaba que la cantidad estaba mal, cuando revisé yo mismo y a mano los cálculos, le dije que no había ninguna equivocación; el hombre no podía creer que estuviera recibiendo ese dinero. Y así hay muchas historias, de personas que han podido comprar su casa o coche sólo con vender un producto que ofrece tantos beneficios”.

El crecimiento fue tan rápido que se convirtió en su primer reto: la demanda era tan alta que no se daban abasto, prácticamente todos los ingresos que se obtenían debían ser reinvertidos para comprar más botes de Lebasi y hubo ocasiones en que ni así eran los suficientes.

Durante sus primeros 5 años de vida, la empresa quintuplicó sus ganancias, superando los ingresos por más de 100 millones de pesos por año. Obviamente, este crecimiento también se reflejó en su generación de empleo, pues el negocio comenzó a tener la necesidad de conformar determinadas áreas para operar óptimamente.

A la par de este crecimiento, Etienne alimentaba una aspiración mucho más grande: hacer que su objetivo de dar salud y una oportunidad de mejorar su economía a las personas traspasara las fronteras de México. El primer paso que dio para lograr tal propósito fue Argentina y posteriormente el producto llegó a EUA, Canadá y por último Perú, donde se ubica el centro operativo para la región andina. Pero esto apenas es el primer tramo recorrido para Lebasi, cuya meta consiste en estar presente en todo el continente americano.

“Tenemos distribuidores en las ciudades más importantes de estos países y estamos en los países que piden el lactoserum Lebasi. En el caso de EUA, los distribuidores y compradores son familiares de quienes venden o compran aquí en México. Así que los países son los que nos han escogido a nosotros”.

De Aguascalientes para América

Aunque Lebasi inició su historia en la Ciudad de México, desde el 27 de noviembre del 2000 se encuentra en Aguascalientes, una ciudad que le ofrecía varias ventajas con respecto a su primera ubicación.

“Aguascalientes es una ciudad-estado. Es muy segura, está creciendo y tiene un buen desarrollo económico. También es una ciudad muy limpia, tiene presencia extranjera, cuenta con una ubicación estratégica: está en el centro del país, a una muy corta distancia de varios estados. Su gente es otro factor: la mentalidad hidrocálida es de gente buena, tranquila, no conflictiva. En conclusión, es una ciudad amable”, enlista Etienne.

Aunada a esta mudanza, en 2004, la empresa decidió invertir en la construcción de su propia planta de producción de lactosuero. La planta, enclavada en el corazón de los Alpes suizos, es la encargada de la producción que da abasto al continente americano y los botes Lebasi que salen de ella cuentan con el sello de calidad de lo hecho en el país europeo.

“Nuestro objetivo es estar en toda América con un sistema de comercialización honesto, con un producto saludable y que genera oportunidades de crecimiento”.

Labor omnia vincit improbus (Un trabajo con empeño todo lo vence) es la filosofía de Lebasi y basta echar una mirada a su historia para darse cuenta que encaja perfectamente con su fundador, su producto, su modelo de negocio y, los más importantes, sus distribuidores.

«Es mejor enseñarle a pescar a las personas en lugar de regalarles el pescado» Etienne Chenel.

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