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Laura Raquel Manzo, editora en jefe de The Huffington Post

El camino de Laura Raquel Manzo en los medios de comunicación ha sido tan prolífico como variado. Egresada de la Universidad Anáhuac, la periodista ha fungido como directora editorial en revistas como Vuelo, InStyle México y Quién. Actualmente, dirige The Huffington Post México, siendo una de las pocas mujeres al frente de un medio en el país.

En entrevista con Líder Empresarial, Raquel Manzo reconoce que en sus inicios no se imaginó tener una carrera tan diversa: “No tenía idea. Tengo este defecto de no planear a largo plazo y jamás he planeado hasta dónde quiero llegar. Lo que sí tenía claro era que en cada lugar que estuviera, quería hacer algo que fuera distinto y dejar una huella diferente a la de los demás”.

Precisamente, el “hacer algo distinto” es el motivo que la ha acompañado durante toda su trayectoria profesional, allá adonde fuera. Es una férrea enemiga de la mediocridad, del cumplir ‘apenitas’, de la ley del mínimo esfuerzo: “Si uno no está haciendo cosas relevantes, ¿para qué está entonces? Hagas lo que hagas, estés donde estés. Para mí, la constante ha sido hacer que cosas diferenciadoras y memorables sucedan, pero siempre con base en la ética”, expresa.

Ante la pregunta de si su vocación como editora fue natural o se fue desarrollando paulatinamente a lo largo de su carrera, Laura responde que siempre le llamó la atención la fuerza y el poder de los medios de comunicación al ser, de alguna manera, uno de los espacios más libres y creativos de los que ella tenía conocimiento.

“Luego, me clavé más en la influencia positiva o el deber ser de los medios desde un lado social, ciudadano. Teniendo en claro que me gustaba trabajar en un lugar creativo, fui a dar a los medios impresos porque sabía francés; fue que me contrataron en ELLE, porque experiencia no tenía. Ahí me percaté que me gustaba más de lo que había imaginado. Me gusta esta cuestión de lograr hacer reflexionar a alguien -no influenciarlo-, sorprenderlo con información, o bien, con estética en el caso de los medios soft”.

¿En tu carrera tuviste que sortear obstáculos únicamente por el hecho de ser mujer?”, pregunta Líder Empresarial, a lo que Laura Manzo contesta: “Sí, con algunos hombres dentro de las oficinas, aunque no recuerdo alguna circunstancia especial fuera. Y en realidad, para mí, por como yo fui educada (sin diferencia entre las capacidades de los hombres y de las mujeres) es que no veo límites por ser mujer. He tenido y tengo límites por mi personalidad, por ser introvertida, por insegura en muchos momentos; pero nunca por ser mujer”. Si bien ha evolucionado el mundo laboral para las mujeres, la periodista señala que “aún queda mucho por cambiar, sobre todo en otras industrias”.

La desigualdad de género es una realidad en el país. De acuerdo con una investigación elaborada por el Foro Económico Mundial, México ocupa el quinto lugar de las naciones con la peor brecha de género en América Latina. Ante esta situación, ¿los medios de comunicación mexicanos asumen un papel activo para contribuir al combate de esta problemática?

Laura Manzo manifiesta: “Los grandes medios no lo han hecho así, no se lo han tomado en serio y, es más, pienso que ni siquiera les pasó por la mente porque no era una necesidad comercial. Ahora quizás; antes nunca como filosofía o misión. Al contrario, ve las telenovelas y te mueres con las mujeres sumisas… Aunque existían estas rebeldes… pero siempre enamoradas, creyendo que podrían ser felices hasta que algún hombre se casara con ellas. Y no se diga de toda la música en español que se compuso alrededor de los años 80. Era una guía para la infelicidad y el desgarre de venas que podría arruinar tu percepción del amor, de la vida; si no te ponías lista emocionalmente, te arrastraba toda esa música a la infelicidad”.

La editora en jefe de The Huffington Post México considera que, en general, los mexicanos creen que están informados, pero están lejos de esa realidad: “Y depende de qué clase económica estemos hablando, pero hay mucha gente de la clase media-baja y otras hacia arriba que por más accesos y recursos que tengan, no tienen la curiosidad ni el interés por mantenerse informados. Tal vez porque no han entendido que estar informados los llevaría a tener una mejor calidad de vida y, por lo tanto, felicidad”.

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