En cuanto escuchas hablar a Laura Nava, el estereotipo del abogado rígido y serio se resquebraja. Su sonrisa, amabilidad y tono de voz, delatan a una persona flexible, inteligente y segura. A una persona feliz. Al hablar de su carrera en derecho se le ilumina el rostro y muestra una gran emoción.
“!Ay¡, es una carrera muy bonita. Es una carrera que te ayuda a entender el funcionamiento de la sociedad como tal”.
Ella nació en San Diego y creció en Tijuana, de padre estadounidense y madre mexicana, por lo que desde pequeña estuvo expuesta a dos mundos, a dos lenguas. Vivía no sólo en la frontera física entre dos países, sino entre dos lenguas: el inglés y el español. Confiesa que desde pequeña quiso ser abogada porque le gustaba todo lo que implicaba la justicia. Por esa razón, a los 19 años estudió Derecho en la Universidad de Monterrey.
“Mi época en Monterrey, fue lo máximo como estudiante, cuando regresé a Tijuana, la verdad, ya fui feliz como profesionista, gracias a Dios, me siento muy bendecida y muy agradecida de las oportunidades que he tenido en mi vida”.
Carrera y estudios
En México, su carrera comenzó en Monterrey, donde trabajó unos años y luego regresó a Tijuana. Ahí trabajó en varios despachos, entre ellos uno llamado Creel García-Cuellar y Millenburg y luego en Gallardo, Ogarrio y Oseguera hasta 1996.
Siguiendo su gusto por el conocimiento, estudió una maestría en Derecho Comparado en la Universidad de San Diego, periodo que aprovechó para hacer una estancia en Alemania, aprovechando para estudiar alemán y conocer la cultura. Esto le valió el conocimiento de las leyes estadounidenses y la apertura de nuevas opciones de trabajo.
“Entre más títulos académicos logres, más te puedes posicionar en el mercado, más puedes lograr ciertas cosas”.
A pesar de su experiencia en varias firmas mexicanas, al terminar la maestría su brújula apuntó hacia el otro lado de la frontera, a San Diego, donde comenzó a trabajar mientras ella vivía en Tijuana.
Carrera en San Diego: firmas internacionales
Cuenta que decidió migrar porque vio la posibilidad de tener una carrera exitosa como mujer, ya que cuando lo hizo en San Diego le permitían tener un horario reducido, lo cual se empataba con su vida personal.
“Migré porque había muchas posibilidades de lograr cosas muy bonitas acá, que también igual podría haber hecho en México, pero en ese momento, para mí, creo que pensé que era el cambio idóneo para mi vida personal y profesional”.
Ella destaca que su trabajo consiste en que sus clientes, mexicanos o estadounidenses, entiendan y respeten el sistema del otro país.
“Para mí, esa razón existencial fue eso: ayudar a inversionistas norteamericanos que vienen a México, que entren a México conociendo, sabiendo y haciendo cosas positivas. Igual también represento a clientes mexicanos que vienen a Estados Unidos y también es lo mismo”.
En San Diego comenzó a trabajar en la firma Luce, Forward, Hamilton & Scripps, actualmente llamada Dentons, donde estuvo hasta 2017.
Posteriormente, pasó a Sheppard, Mullin, Richter & Hampton, una firma legal internacional que tiene presencia en nueve ciudades de Estados Unidos, Reino Unido, Corea del Sur, Bélgica y China. Ahí, lleva asuntos corporativos de ambos lados de la frontera
Para Laura, trabajar en una firma internacional es muy enriquecedor, ya que te brinda conocimientos de otras áreas al trabajar con abogados de otras ramas y con trayectorias variadas. A su vez, ofrece la oportunidad de trabajar con organizaciones internacionales y poder conocer otros países y culturas, a través de la práctica legal.
Desafíos y logros
Sin embargo, a pesar de toda su experiencia en la práctica legal, el mayor desafío al que se enfrentó fue nunca dejar de trabajar por su familia, a pesar de lo que le costaba.
“Hubieron momentos en el que me costó trabajo. Cuando mis hijos estaban chicos, me costaba trabajo dejarlos y venirme a trabajar”.
No duda cuando nos comparte que su mayor logro fue haber pasado la Barra de Nueva York a los 53 años, dejando claro que la edad no es un impedimento.
“Fue un orgullo muy grande porque fue algo que me ayudó a cerrar ese capítulo de logros profesionales que eran importantes para mí”.
El futuro será construido por todos
Para ella, la relación México-Estados Unidos es importante y los retos consisten en crear ambientes de trabajo positivos, sanos, respetuosos, respetar mutuamente las culturas. Y se mantiene positiva por la relación que se dará en los próximos años.
También, Laura ve que se le están dando más oportunidades a las mujeres y que su papel está incrementando de una manera positiva, importante y trascendental para las nuevas generaciones.
“Estamos encontrando como género la forma de tener las posiciones en el mundo de los negocios, tanto en México como en Estados Unidos, lo que permite que las relaciones de negocios fluyan de una manera muy positiva”.
Mientras nos despedimos, en mis oídos resuenan unas palabras que dijo y que se me hacen una especie de sabiduría olvidada:
“Todo lo que hacemos tiene un fundamento legal. Todo tiene una estructura legal, todos los países funcionamos con base en leyes. A mí, se me hace la base de la sociedad”.