Para hablar del papel de la mujer ejecutiva como pieza clave en las empresas debemos empezar por preguntarnos: ¿cómo hemos logrado llegar a donde estamos hoy?
La mujer está jugando un papel muy importante dentro del mundo de los negocios. El porcentaje de su participación en la economía se ha ido incrementando de manera constante y, en épocas recientes, incluso se registran incrementos mayores en la plantilla laboral femenina que en la masculina. Este hecho ha sido tan contundente que hoy en día pocas personas cuestionan la capacidad ejecutoria de las mujeres en el mundo de los negocios y saben que las compañías que incluyen diversidad en su fuerza laboral tienen mayor posibilidad de éxito y mejores resultados de negocio.
Abordar el tema desde el punto de vista de equidad, no quiere decir que debemos competir contra los hombres o tratar de ser como ellos; si no aprovechar las diferencias que tenemos como individuos, valorar la manera distinta de pensar, de utilizar a nuestro favor la sensibilidad, pero también la responsabilidad y el compromiso que nos caracteriza para empujar cada estrategia que haya que incorporar a la empresa.
La participación de la mujer en el mundo laboral ha sido de gran utilidad en diferentes ámbitos como el familiar, empresarial y del país en general.
Hoy en día las mujeres están construyendo una nueva imagen frente a toda la sociedad, la cual la coloca como protagonista de sus decisiones y de las compañías que representan, tienen controlada la organización de su familia con su pareja, esto permite compartir éxitos y logros, pero sobretodo trabajo en equipo. Este balance motiva el crecimiento profesional y favorece el desempeño laboral de las mujeres al contar con un apoyo incondicional.
Todos los días las mujeres empresarias, emprendedoras y empleadas sincronizan un sinnúmero de actividades para cumplir con las metas que se proponen y las que la misma empresa les establece, donde la participación de las mujeres consiste en crear climas laborales con mayor solidez. Basta señalar como ejemplo la empatía, la cual nos permite estar muy preparadas para gestionar entornos diversos o cambios dentro de la organización.
Las mujeres con puestos de liderazgo tienen como ventajas la sensibilidad y liderazgo empático, sentido multitasking y administración del tiempo con orden, capacidad para crear redes, asertividad, percepción e intuición, además de habilidad de negociación y conciliación, proactividad y tenacidad.
Un elemento fundamental que ninguna mujer ejecutiva deja escapar es el balance entre el trabajo y la vida personal y familiar. Para obtenerlo es importante utilizar estrategias personales, procurar un equilibrio caracterizado por la disciplina que cada persona desarrolle para diferenciar y no mezclar los tiempos personales con los del trabajo.
Aquí entra en juego la administración del tiempo, donde es importante definir límites auto impuestos, tales como el respeto por los horarios laborales y personales sin que se descuide ninguno.