La primera película de ficción fue filmada por una mujer. Antes de que Georges Méliès fuera a la luna o se supiera de cualquier otra aventura, el séptimo arte fue tierra explorada por Alice Guy. Su nombre no brilla en las páginas de la historia pues, a pesar de haber filmado más de mil películas, el crédito lo recibió su esposo, el camarógrafo Herbert Blaché, y el productor Léon Gaumont. Como esa historia, miles.
Sigue sorprendiendo la cantidad de mujeres sin reconocimiento en esta industria, y aunque la apertura en la sociedad ha propiciado que esto cambie, todavía no se hace lo suficiente. En cifras, se puede decir que sólo tres mujeres formaron parte de los fundadores de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, organización encargada de los Premios Óscar; tres mujeres han sido directoras de la misma; solamente cinco mujeres han sido nominadas a mejor director y apenas una ha ganado la insignia.
¿Quiénes fueron las nominadas? En Líder Empresarial decidimos sacarlas un poco del olvido y hablar sobre por qué sus películas merecen la pena.
Las nominadas a mejor dirección
Lina Wertmüller
Nominada por Pasqualino Settebellezze (1975)
La directora italiana fue la primera mujer en la historia en ser nominada al Óscar por mejor dirección, esto en 1976. Su película retrata de manera magistral, a través del humor negro y la sátira, la decadencia y deshumanización que tuvo lugar en la Segunda Guerra Mundial. Pasqualino es un ladrón de bajo perfil que hace cualquier cosa por salvar el pellejo, un completo amoral que lo mismo abandona a judíos a punto de ser asesinados por nazis, mata a proxenetas o se intenta ligar a una soldado de un campo de concentración para tener una mejor posición. Flashbacks e imágenes poderosas al por mayor.
Jane Campion
Nominada por The piano (1993)
La neozelandesa obtuvo la Palma de Oro con Peel, su primer cortometraje, lo cual habla mucho de la excelencia de su trabajo. En el 94, después de ganar de nuevo la Palma de Oro, recibió tres premios Óscar de las ocho nominaciones que tuvo The Piano. Las lecciones de piano que una mujer muda debe dar para tener acceso a su antiguo instrumento musical la envuelven en una relación amorosa con su alumno. Tensión, sensualidad y maestría son términos que los críticos usaron para describir esta poderosa historia, escrita y dirigida por Campion, en la que las palabras no dichas por la protagonista son recompensadas por obras musicales de sublime belleza.
Sofia Coppola
Nominada por Lost in translation (2003)
La segunda película de la italoamericana le valió al menos cuatro nominaciones de la Academia. Ganó el premio a mejor guion original. La soledad en medio de las multitudes es un tema difícil de tratar si no se tiene una mirada sutil como la de Coppola, que con su conjugación de drama y comedia cuenta la historia de dos americanos que por distintos motivos se encuentran en Japón. Se conocen en el Park Hyatt Tokyo y se hacen compañía por unos días; viven una efímera pero intensa relación de amistad que raya en la tensión amorosa.
Kathryn Bigelow
Nominada por The hurt locker (2008)
Atípica es la definición más próxima a esta cineasta, pues es la primera y única mujer hasta ahora ganadora del premio a la mejor dirección. Antes de dedicarse al séptimo arte, Bigelow fue pintora y policía. Seis estatuillas se llevó The Hurt Locker, película inspirada en tres reportajes del periodista Mark Boal y con una historia ficcionada que sigue los pasos de un grupo élite en Irak. La tensión y escenas son impactantes y mantienen a la audiencia al filo de la butaca de principio a fin.
Greta Gerwig
Nominada por Lady Bird (2017)
Es la nominada más reciente a mejor dirección. Estuvo a punto de dedicarse a la dramaturgia, pero fue llamada al colectivo Mumblecore, el grupo de realizadores que ha hecho las series y filmes independientes de Estados Unidos en los últimos años. El tono de las ficciones, igual que Lady Bird, es de un realismo y sutileza que recuerda a la Nouvelle Vague o al trabajo de directores como Jarmusch o Allen. La película, en preproducción, se llamó Mothers and Daughters, ya que habla sobre el distanciamiento de la protagonista y su madre, y su eventual reconciliación, siempre inmersa en la sencillez y lo inmediato de la vida cotidiana.