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Laprotex: Cuando la filosofía de una empresa trasciende generaciones

Lo que habitualmente resulta para las empresas mexicanas ser una tarea titánica, como es la sucesión generacional, para don Salvador Alcalá está siendo un proceso tan natural como sencillo; una experiencia lógica acorde con la filosofía que ha encaminado a Laprotex ser una de las compañías textiles más importantes en México.

La continuidad de la empresa, fundada por don Salvador en 1989, se ve respaldada por la exitosa inclusión de la segunda y tercera generación Alcalá en las filas de la compañía. En 1993, su hijo Ricardo se unió a la organización tras egresar de Administración de Empresas por el Tec de Monterrey en San Luis Potosí.

Ahora, este año, su nieta Sofía continuó con la estela heredada por su padre y abuelo al incorporarse a Laprotex tras titularse en Innovación y Dirección de Negocios por la misma universidad pero en Aguascalientes, obteniendo el mejor promedio de su carrera y generación.

La principal ventaja (de la inclusión) es la permanencia. La única forma en que puede permanecer una empresa en el tiempo es invitando a las generaciones siguientes a seguir el proyecto. Uno no puede ser eterno”, refiere don Salvador.

El empresario asegura que la incorporación de Ricardo y Sofía a Laprotex no ha sido un camino difícil; al contrario, ha sido tan normal que han dejado que el tiempo sea el que actúe.

A través del ejemplo, la labor que hicieron él y su esposa inculcando a sus hijos desde la infancia los valores del trabajo, la ética y el esfuerzo, naturalmente ha conducido a que éstos hayan decidido emular sus pasos y continuar con el negocio que la familia decidió emprender hace más de tres décadas.

Así lo constata Ricardo, quien desde adolescente perfiló su interés en trabajar en el negocio de su padre al realizar distintas labores en todas las áreas de la empresa:

El trabajo es un hábito y si no lo desarrollas desde pequeño, cuesta adoptarlo de grande. Nuestra inclusión a Laprotex fue sencilla porque hemos vivido su filosofía en el día a día, al venir cada tarde saliendo de la escuela; eso ha permitido ese tatuaje de la cultura organizacional que distingue a esta empresa”, señala Ricardo.

Su incorporación no se dio en un contexto amable: el Tratado de Libre Comercio con América del Norte estaba a punto de entrar en vigor, por lo que las empresas mexicanas se enfrentarían a una competencia inédita. Sin embargo, don Salvador aduce que el ingreso de su hijo no pudo haber sido más fundamental, no sólo para la supervivencia de la empresa, sino para reafirmar su liderazgo en la región y posteriormente en el país:

Somos un referente en el país porque nos hemos dedicado a hacer calidad. Y la calidad se la debo a Ricardo, porque desde que entró me dijo que esa sería la única forma de sobrevivir. Cuando compré la primera planta, había 120 fábricas como la nuestra. Hoy sólo quedan cuatro en todo el país. Ricardo fue el motor de todo esto”, sostiene.

La calidad de Laprotex se ve reflejada en sus certificaciones ISO 9001; ISO 14001; OHSAS 18001 e Industria Limpia Nivel Dos. Es considerada la empresa textil más ecológica de México. Tiene capacidad para producir dos millones de metros cuadrados de tela y exportan, directa e indirectamente, el 65% de su producción.

Actualmente el contexto internacional es otro. La correcta adopción de las tecnologías relacionadas con la Industria 4.0 puede definir el éxito de las organizaciones, situación en la que la figura de Sofía Alcalá se perfila fundamental, tal como fue la de su papá veintiséis años atrás.

No lo veo como una responsabilidad, porque (la innovación) está en mi ADN. Mi papá siempre ha sido muy innovador y eso influyó en la elección de mi carrera. Crear e innovar forma parte de mi esencia, me llena. Más que verlo como un reto, lo veo como el camino normal”, afirma Sofía, quien ha hecho estadías en instituciones prestigiosas como en la University of British Columbia en Canadá, en Harvard, y en el MIT en Estados Unidos.

La tercera generación de los Alcalá agradece la figura de su papá y su abuelo, quienes le dan la libertad para desenvolverse profesionalmente en la empresa.

Es fundamental darle el espacio y respetar a las nuevas generaciones. No por jóvenes debemos de taparle sus ideales. A lo mejor se equivocan, pero es mejor pasar el trago amargo juntos que solos. No debemos estar atrás de ellos, sino a un lado”, afirma Ricardo, su papá.

Por su parte, don Salvador deposita mucha fe en lo que puede aportar su nieta a Laprotex. Observa en ella un potencial enorme y resalta su mentalidad, la cual “indudablemente aportará cosas muy valiosas a la empresa”.

Gozar de tres generaciones distintas nos hace mejores, más competitivos. Cada quien puede ver las cosas desde una perspectiva que nos enriquece. Tenemos tres perspectivas que, verdaderamente, en muy pocas empresas encuentras”, finaliza Sofía.

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