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La Virgen de la Asunción y el nacimiento de la tradicional Romería

Por Alejandro Basáñez Loyola

Autor de las novelas históricas de Ediciones B: México en llamas; México desgarrado; México cristero; Tiaztlán, el fin del imperio azteca; Santa Anna y el México perdido; Ayatli, la rebelión chichimeca; Juárez ante la iglesia y el imperio (julio 2018)

El 22 de octubre de 2020 se cumplen 445 años de la fundación de nuestra gloriosa Aguascalientes, lo que sucedió allá por el año de 1575. Pocos saben del enorme esfuerzo que implicó para los valientes colonos el lograr convertir la polvorienta villa en una ciudad con miles de habitantes.

Después de la conquista de Tenochtitlán, vino la conquista de los purépechas de Michoacán y la fundación de la Nueva Galicia. A mediados del siglo XVI, se descubrieron las minas de plata en Guanajuato y Zacatecas, lo cual dio paso a la formación de la Ruta de la Plata. Este camino era constantemente asolado por los chichimecas, nombre que agrupa a todas las tribus rebeldes del norte de la Nueva España.

Para evitar los constantes ataques, se fundaron villas con soldados españoles que repelían a los indígenas. Fue así como, después de Guadalajara y Santa María de los Lagos (Lagos de Moreno), Jerónimo de Orozco, presidente de la Audiencia de la Nueva Galicia, firmó el acta en que permitía, por gracia del rey Felipe II, el establecimiento de la “Villa de la Ascensión”. Gracias a los archivos históricos, se sabe que el sitio ya estaba habitado desde antes de la formal petición que el español Juan de Montoro hizo para que se le permitiera fundar el poblado.

Algo peculiar sobre el nombre de Aguascalientes es que pasó de ser la “Villa de la Ascensión” a la “Villa de la Asunción”, debido a la venerada Virgen María que tantos milagros hacía a los colonos originales. Esto obligó a que en 1602, el obispo Alonso de la Mota y Escobar, de viaje por la Nueva Galicia, otorgara a la pequeña población el rango de parroquia y la Virgen de la Asunción se convirtiera en su santa patrona.

La madre de Jesucristo ayudó a los españoles a sortear varias fatalidades que por poco hicieron desaparecer al pueblo por completo. Por ayuda divina o la fortuna, el poblado pudo sobrevivir a los ataques chichimecas, epidemias y a la pobreza. Para 1585, solamente había dieciséis soldados y cinco personas en la villa, la cual parecía un simple puesto militar fortificado. Ni siquiera la agricultura había progresado, pues los primeros colonos, pensando en otros modos de ganarse la vida, se olvidaron de cultivar la tierra.

El inicio del siglo XVII trajo mejor calidad de vida. El fin de la Guerra Chichimeca dio mayor confianza a los colonos e inversionistas de la región. Además, para ese momento, Aguascalientes se había transformado en cabecera de alcaldía mayor, lo cual le otorgó una mayor importancia política. Así, los primeros y mayores obstáculos del joven pueblo parecían superados.

La Virgen de la Asunción estuvo con los aguascalentenses en eventos importantes como la Independencia; la separación de Zacatecas, la cual se dio por Santa Anna y Luisa Fernández con aquel polémico beso; la Guerra de Reforma; la intervención francesa y la revolución, periodo en el cual se vivió la Soberana Convención de 1914.

Después de todos estos acontecimientos, se pensó en honrar a la Virgen de la Asunción con una ceremonia digna de su santísima presencia. La fiesta en su honor es una tradición que ha evolucionado a través del tiempo y que se ha convertido en una de las más significativas de la diócesis.

La celebración se lleva a cabo del 1° al 15 de agosto, día en que llega la Romería. En ella hay imponentes procesiones, peregrinaciones, marchas y triduos. Es un evento religioso lleno de color, que une a las familias de Aguascalientes y que alegra las calles por donde pasa el desfile de vistosos carros alegóricos.

Al Excmo. Sr. obispo Salvador Quezada Limón le debemos el impulso a la piedad mariana, especialmente al que dio a las celebraciones patronales de Nuestra Señora de la Asunción, cuya imagen fue coronada el 14 de agosto de 1983. Quezada Limón fue quien solicitó al Vaticano la Coronación Pontificia de la Imagen, la cual fue concedida por el papa Juan Pablo II el 18 de marzo de 1983.

Cada año se han ido integrando a la Romería más variantes novedosas: el desfile es protagonizado por grupos religiosos juveniles, danzantes, bandas musicales, bandas de guerra, mariachis, estudiantinas, la Asociación de Charros con sus tradicionales escaramuzas y carros alegóricos en los cuales se representan episodios bíblicos.

El milagro mariano es el causante de la edificación de muchos templos. La mayoría de las apariciones de la madre de Jesucristo tienen como consecuencia la construcción de un recinto religioso cuyo fin es la congregación de los creyentes. Por ejemplo, así fue como nació la Basílica de Guadalupe. Otros templos han sido construidos debido al acontecimiento de milagros como el de San Juan de los Lagos, donde el recinto fue edificado después de que la Virgen resucitó a la niña del cirquero que fue atravesada por las espadas en un terrible accidente.

El culto a la Virgen de la Asunción en Aguascalientes es producto de cientos de pequeños milagros, muchos de ellos personales, no documentados ni tan espectaculares como los de la Villa de Guadalupe o San Juan; pero sí lo suficientemente sólidos para aumentar la fe y lograr que un insignificante poblado de diez personas se convirtiera en una ciudad de miles de habitantes como lo es ahora Aguascalientes.

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