El triunfo de Martin Orozco como Gobernador del Estado y de Tere Jiménez como Presidenta Municipal, puede ser leído, en una de sus aristas, como un hartazgo y rechazo social a la política priísta y al status quo que ésta representa. En este sentido, tanto Orozco como Jiménez, tienen una gran oportunidad para presentar una nueva forma de hacer política.
Tere Jiménez se convierte en la cuarta Presidenta Municipal en la historia de Aguascalientes, y la primera en representar a su partido, Acción Nacional; pues sus tres antecesoras fueron todas representantes del PRI: María del Carmen Martín del Campo (1957-1959), Ma. Alicia de la Rosa López (1991-1992) y Lorena Martínez (2011-2013).
Si Orozco y Jiménez pretenden realizar un verdadero cambio al modelo administrativo actual y construir uno más inclusivo que sea desde y para la ciudadanía, deben mirar hacia la feminización de la política, es decir, hacia un nuevo modelo de política capaz de visibilizar las diferencias y las diversidades, uno en el que el diálogo sea el medio de solución de los conflictos y la política tenga como objetivo la paz.
Sobre esto, quiero rescatar las palabras que Pablo Iglesias, Secretario General del partido político español Podemos, hizo hace unos días: “La feminización no se trata de que los partidos políticos tengan más mujeres en cargos de representación, que eso es importante y está bien. La feminización no tiene que ver con la presencia de más mujeres en los consejos de administración de las grandes empresas, que está muy bien que ocurra eso. La feminización tiene que ver con la forma de construcción de lo político”.
Jiménez está ahora en una posición de privilegio para representar a todas las mujeres, para incluir en la agenda política nuestros temas, y para visibilizarnos. Es una oportunidad para empoderarse, que de eso va la feminización de la política, se trata de que las mujeres participen activamente en los asuntos públicos, no de tener nombres y caras de mujer en las listas. Eso, como dijo Pablo Iglesias, es muy importante, pero no lo es todo. La paridad es solo el primer paso que debe ser completado con el empoderamiento real de las mujeres.
Al margen de la ideología conservadora que caracteriza al PAN, los nuevos representantes de la sociedad deben hacer una agenda que tenga como eje los derechos humanos y los derechos de las mujeres. Deben recordar que en su posición política no representan solamente a sus afines partidistas, sino a todos los aguascalentenses. Es por ello que insisto en la necesidad de deconstruir el modelo de política actual y crear uno nuevo en el que quepan todas las realidades y se escuchen todas las voces.
Aguascalientes requiere un cambio real y profundo, por lo que Martín Orozco, y principalmente Tere Jiménez, deben dar voz a las hidrocálidas y comprometerse con sus necesidades. Nuestro Estado requiere mujeres en puestos públicos que estén empoderadas y comprometidas con los derechos de sus iguales.