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La UNAM festeja su 110° aniversario: más de un siglo de luz y conocimiento

Fotografía: Daniel Cruz

Fotografía: Daniel Cruz

Hoy se cumplen 110 años de aquel 22 de septiembre de 1910 en el que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) vio la luz. Nació como un proyecto impulsado por el reconocido escritor, historiador, periodista, político y filósofo mexicano Justo Sierra Méndez, constituida por las escuelas Nacional Preparatoria, de Jurisprudencia, de Medicina, de Ingenieros y Bellas Artes en lo concerniente a la enseñanza de la arquitectura y de Altos Estudios.

Actualmente, la máxima casa de estudios del país es reconocida como una de las tres mejores de Iberoamérica y una de las cien más importantes del mundo.

Hugo Casanova Cardiel, director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, recordó la génesis de la institución:

“La Universidad Nacional surge en medio de una enorme convulsión social, en las postrimerías de una dictadura, en un país tremendamente desigual y en el escenario de la Revolución Mexicana. La Universidad lleva educación superior a miles de mexicanas y mexicanos y 110 años después tenemos la oportunidad de seguir haciendo historia”, reflexionó Casanova Cardiel.

Asimismo, mencionó que la institución, de acuerdo con la Ley Constitutiva, responde al objeto primordial de “realizar en sus elementos superiores la obra de la educación nacional”. 

Por ello, en la iniciativa de la ley referida, Justo Sierra describió a la UNAM como una “…institución de Estado, pero con elementos tales que le permitan desenvolver por sí misma sus funciones dotándola de considerable autonomía”. 

En este sentido, Casanova Cardiel resaltó que con con base en lo anterior se puede afirmar que el carácter de nacional implica el compromiso inequívoco del Estado para crear una institución educativa que, surgida de la nación, devuelve a esta su obra educativa superior en términos de formación de profesionistas y de la construcción de nuevo conocimiento a través de la investigación.

“La sociedad se beneficia claramente de la vocación nacional de la Universidad porque significa que la institución está comprometida con la sociedad toda”, estableció el investigador. 

Además, señaló que la UNAM tiene el deber y la vocación de responder a los diversos sectores sociales, así como a las diferentes regiones y entidades que configuran a la nación mexicana.

“Se trata de una institución que articula e integra los mejores valores de la nación y que los devuelve a través del conocimiento a la sociedad”, expuso.

Casanova Cardiel también puso de relieve la obtención de la autonomía en 1929 y la tilda como un hecho crucial, dado que la Universidad tuvo enorme significado en todo el país. 

El académico recordó que la Ley Orgánica de 1945 ratificó la institucionalidad universitaria y abrió paso a una etapa de construcción y maduración académica.

En ese marco de finales de los cuarenta y principios de los cincuenta se logró la construcción de Ciudad Universitaria, “lo que  sentó las bases para el poderoso desarrollo institucional de los años siguientes”, agregó. 

“Sin embargo, a finales de los sesenta, la inmovilidad política nacional y las profundas diferencias económicas y sociales devendrían en una profunda crisis que alcanzaría su momento más crítico en el conflicto social y universitario de 1968”.

A más de un siglo: desafíos inéditos

A 110 años de su fundación, a la institución la mantiene su compromiso de acompañar el proceso de formación política, social y cultural de nuestro país, subraya Casanova Cardiel.

A lo largo de los siglos XX y XXI, prácticamente no hay hecho histórico que sea ajeno a la Universidad Nacional, porque de manera directa o a través de sus egresados, esta institución se extiende a todo el tejido social.

Este aniversario, añade, supone más de un siglo de presencia de la Universidad, pues constituye una muestra de su papel formativo en la educación de la sociedad mexicana.

En 2010, al celebrarse el centenario de la Universidad se consideró clave comenzar a construir los siguientes cien años de esta casa de estudios. Hoy, Casanova Cardiel explica que los retos se han multiplicado de manera inesperada.

“Como institución llegamos a esta década con algunas propuestas que atendían problemas de larga data, tales como las asimetrías y violencias de todo tipo. Sin embargo, el 2020 nos ha traído un escenario absolutamente inédito para toda la educación superior. Esto no quiere decir que la Universidad ha dejado de hacer esfuerzos importantes, por el contrario, se han planteado respuestas oportunas y pertinentes a las nuevas problemáticas, pero la magnitud de los retos hacen todavía más difícil el escenario”, considera.

Destaca que la Universidad está al servicio del país y de la humanidad, forma profesionistas útiles a la sociedad, organiza y lleva a cabo investigaciones, principalmente de las condiciones y problemáticas nacionales. Además, extiende, con la mayor amplitud posible, los beneficios de la cultura y la ciencia.

Marcha indetenible

“La Universidad cumple 110 años con un enorme compromiso ante la sociedad mexicana, y el mensaje es que no se detiene, no solamente hacemos esfuerzos aislados, sino sistemáticos que nos vinculan al todo social, a otras instituciones educativas, otras universidades”, señaló el doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación.

Durante 2020, añade, se observa una gran articulación entre esta institución y los mexicanos mediante clases, investigación y difusión, y principalmente, en la búsqueda de soluciones.

Para Casanova Cardiel los esfuerzos son multidisciplinarios: desde el área científica -por ejemplo para sumarse a la búsqueda mundial de una vacuna o respuestas médicas para atender la pandemia-, hasta el significativo aporte intelectual para reflexionar sobre este tema.

También a partir de las humanidades y ciencias sociales se contribuye con interpretaciones, pertinentes e informadas, acerca de los efectos de la enfermedad en la vida social.

Orgullo universitario      

Casonova Cardiel exhortó a las nuevas generaciones de jóvenes que ingresarán a la casa de Estudios y a los que ya forman parte de ella sentirse orgullosos de la UNAM, pues “la vida siempre tiene dos dimensiones, una bella que nos hace crecer y disfrutar, pero también otra que plantea problemas, enigmas, dificultades, tremendas asimetrías sociales, de género y digitales. Debemos reflexionar de cara a los problemas que hoy tenemos y al futuro”, señaló. 

“Quienes tenemos acceso a la Universidad y a la educación somos tremendamente beneficiados, recibimos lo mejor de la sociedad. Aprovechemos la oportunidad. Este es un momento donde tenemos que mostrar lo mejor de nosotros mismos y plasmar las mejores voluntades, a fin de que cuando esto termine contemos con una sociedad más consistente, madura, fuerte, responsable y comencemos a construir el país que la sociedad mexicana merece”, concluyó.

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