Ella es la madre del Cabernet Sauvignon. Por raro que parezca, unida con la Cabernet Franc, da como resultado una uva tinta con gran carácter. Hablamos de la tercera de las cepas blancas más importantes del mundo, la elegante SAUVIGNON BLANC, que nos enamora con su sinfonía de notas de frutas tropicales.
Última de la serie de las uvas blancas más importantes (junto con la Riesling y Chardonnay), hoy conoceremos un poco acerca de la Sauvignon Blanc. Es una variedad muy adaptable a nuevos climas; prueba de ello es su presencia en todos los continentes a excepción de Asia. Su nombre proviene de la palabra francesa sauvage, que significa “salvaje” y blanc que significa “blanca”.
De origen francés, la Sauvignon Blanc se encuentra en cuatro áreas principales en el mundo: Valle de Loira, Burdeos, California y Nueva Zelanda, y produce vinos con personalidades únicas según el país de origen.
Podemos encontrar botellas de Sauvignon Blanc con la denominación fume blanc, palabra inventada por el productor americano Robert Mondavi y aceptada legalmente como sinónimo de vinos elaborados con uva de esta variedad.
La palabra fume (que significa “humo”) aparece en esta denominación no porque sean vinos añejados en barrica ni porque sean ahumados, sino porque la composición de la tierra en estos viñedos produce un ligero aroma a humo, como si recién hubiéramos disparado una pistola. Este término sólo se utiliza en vinos americanos.
De la Sauvignon Blanc junto con la variedad Semillon se obtiene uno de los vinos más célebres de Francia: el famoso Sauternes. Es un vino dulce de cosecha tardía y botritizados (la Botrytis cinerea es un hongo que vive del agua que se encuentra en la uva; por consiguiente las uvas se vuelven pasitas y se concentra el azúcar). La aportación principal de la variedad Sauvignon Blanc en estos vinos es su acidez, que proporciona un justo equilibrio a vinos que con tanta azúcar resultarían exageradamente dulces y desagradables al paladar.
Las nota más representativa de esta variedad son sus perfumes verdes y vegetales, como la aceituna, pimiento, hinojo, alcaparras, apio y tomillo. También encontraremos una sinfonía de aromas frutales como lima, mandarina, manzana verde, plátano, melón y toronja, así como notas florales como las rosas blancas y azahares, y herbales como el pasto y perejil.
MARIDAJE
El Sauvignon Blanc es un vino que te sorprende, ya que se puede maridar con infinidad de platos gracias a su naturaleza herbácea. Como aperitivo lo podemos acompañar con aceitunas, anchoas o fritura de pescado. Es ideal para ensaladas de pollo, ensaladas griegas y hasta ensaladas de frutas.
Marida de modo extraordinario con quesos cremosos y grasos, ya que su acidez contrasta con lo graso de tales quesos. Es excelente con productos de mar, pastas con salsas de frutos de mar, pastas a base también de verduras o pesto, así como carnes de cerdo y pollo.