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La revolución de la televisión

El domingo en el que se llevó a cabo la entrega de los Globos de Oro el reconocimiento a la mejor serie –musical o de comedia- no fue para un programa de una cadena de televisión tradicional sino para Amazon, la empresa de e-commerce que empezó vendiendo libros por Internet y que ahora, siguiendo la escuela de Netflix, que ya se ha ganado un lugar propio con su servicio de streaming y por los reconocimientos que ha recibido por su serie “House of Cards” protagonizada por otro ganador de un Golden Globe como mejor actor en una serie dramática, Kevin Spacey, sorprende durante esta ceremonia de premiación al destacarse por su plena incursión en la industria del entretenimiento con lo que ambas compañías diversifican su modelo de negocio y dejan de ser solo distribuidoras de material de terceros y se establecen como productoras de contenido original.

Si bien, el modelo más rentable sigue siendo el tradicional en el que las cadenas de televisión transmiten su programación y obtienen mayores ganancias por sus horarios Prime Time, es fácil observar que el mundo de los negocios está cambiando a gran velocidad y que la tendencia otorga cada vez más fuerza al consumidor quien demuestra su poder sobre las empresas al marcarles la pauta sobre lo que espera ver y cuándo quiere hacerlo, olvidándose de horarios y publicidad intrusiva, alterando no solo a la industria del entretenimiento que necesita captar la atención de una audiencia cambiante, sino también a la publicitaria obligando a los anunciantes a buscar nuevas maneras para destacarse frente a un público que ya no necesita ver comerciales.

Las nuevas tecnologías son una fuerza importante detrás de esta nueva forma de ver televisión y todo apunta a que el modelo sea mucho más flexible pues el usuario tiene una mayor influencia y el Internet juega un rol muy importante. La Asociación Mexicana de Internet en su estudio sobre los hábitos de los usuarios de internet en México 2014, señala que en nuestro país existen 51.2 millones de internautas quienes siguen utilizando como principales dispositivos de conexión computadoras personales y laptops pero destaca el aumento en la penetración de smartphones y tablets  (49% y 20%, de uso entre los internautas respectivamente) por lo que el servicio de Video on Demand (VoD) puede llegar a ser prácticamente omnipresente pues mientras sea posible acceder a Internet con un ancho de banda razonable, se puede utilizar en cualquier lugar.

Lo que es un hecho es que los sitios de video a la carta llegaron para quedarse y van en aumento. En Latinoamérica Netflix tiene poco más de 5 millones de usuarios de acuerdo con Reed Hastings, co-fundador del servicio de streaming, quien visitó nuestro país en noviembre pasado; y es posible utilizar también servicios como Amazon, iTunes, Clarovideo, Cinépolis Klic, o Crackle, por mencionar solo algunas  de las páginas que ofrecen entretenimiento con diferentes tarifas y modalidades y que representan una amenaza no solo para cadenas de televisión abierta sino también para servicios de paga como Axtel, Sky o Cablevisión que han visto conveniente ampliar su oferta para que sus suscriptores puedan utilizar su cuenta también en internet con la finalidad de retenerlos y evitar su extinción como ya le sucedió a Blockbuster quien en otra época fuera líder en la renta de videos.

El futuro es de aquellos que están dispuestos a arriesgarse y la producción de contenidos originales parece ser una de las de las cosas a las que Amazon y Netflix están apostando para hacer destacar su marca y distinguirse en un mercado que ya está descubriendo las oportunidades que estos cambios representan y se disponen a aprovecharlas para obtener mayores ganancias.

A mediados de enero se anunció que Woody Allen está preparando su primer proyecto para la pantalla chica y no será para una cadena de televisión sino para Amazon. ¿Quién en México será el primero en participar en esta revolución?

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