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La reina Chardonnay

La más versátil de todas las variedades blancas, la más resistente, la más amada… Hoy hablamos de la reina de las uvas blancas, su majestad la Chardonnay.

Hoy conoceremos un poco acerca de la uva blanca más popular y amada por todo el mundo. Una uva muy versátil que es capaz de crear vinos ligeros, frescos con notas a manzana verde, así como vinos cremosos con cuerpo y estructura, vinos de una gran calidad a la altura de los mejores vinos del mundo. Sí, hablamos de ella: la maravillosa Chardonnay.

Su origen es la Borgoña, en Francia, y aunque se adapta muy bien a los climas frescos, esta uva tiene la capacidad de adaptarse a casi todos los climas, lo que la convierte en una de las más plantadas del mundo.

Además de su gran fortaleza, esta variedad se da en dos estilos –la Chardonnay del viejo mundo y la Chardonnay del nuevo mundo-, cada uno de los cuales resulta en vinos de distintos estilos.

Los vinos producidos en el viejo mundo suelen ser sutiles, sofisticados y elegantes, mientras los vinos producidos en el nuevo mundo se caracterizan por ser más afrutados y con más sabor.

Una característica importante de esta cepa es que contiene altos niveles de azúcar, por lo que cuenta con la cualidad de producir vinos con gran contenido de alcohol y por lo tanto con una excelente capacidad de envejecimiento en barricas de roble, que le donan una compleja riqueza de aromas y sabores. Los mejores Chardonnay franceses pueden envejecer más de 10 años.

Los vinos jóvenes reflejan más las características de la uva.

Cuentan con un rango amplio de sabores: manzana, melón, higo, pera, durazno, piña, plátano y algunas veces limón y toronja, especias, miel, mantequilla, caramelo, avellana.

La uva Chardonnay nos regala vinos de color amarillo paja con reflejos dorados, de aromas muy intensos y finos, como fruta exótica, que con el tiempo se enriquecen y adquieren una gran complejidad. En boca exprimen buen equilibrio entre frescura y suavidad con una persistencia aromática de gran elegancia.

La Chardonnay es también una de las uvas principales en la producción de la famosísima Champaña, junto con la Pinot Noir y la Pinot Meunier.

Maridaje

En su versión joven, podemos recomendar la Chardonnay como aperitivo por su bajo grado de alcohol y su ligereza que marida muy bien con entradas a base de mariscos frescos, quesos jóvenes y ensaladas.

En la versión Chardonnay de crianza en roble, exuberante y con cuerpo, que posee un sabor afrutado, podemos decir que el vino es ideal para acompañar carnes blancas ahumadas, alimentos elaborados a base de salsas cremosas, parrilladas de pollo, cerdo, quesos medios, pasta rellena de espinacas y ricota o salmón, pescados en salsas o al horno y filete de atún. Incluso un sándwich sencillos de quesos suaves, pollo o pavo se vuelve una comida gourmet de excelente gusto que acompaña perfectamente una copa de vino.  

¡Salud con un Chardonnay!

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