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La Pingos Orquesta

Aguascalientes ha sido cuna de grandes artistas, quienes desde sus respectivas disciplinas han revolucionado la pintura, la escultura y la música. En el caso de esta última, los exponentes son vastos y de entre ellos destacan los nombres de José María Napoleón, Sergio Vallín o Armando Palomas. 

Pero dentro de los géneros alternativos, el estado también se ha colocado en el panorama internacional con proyectos como la banda de metal Here Comes the Kraken o el dúo de blues Los Doberman. En este último rubro es en el que destaca La Pingos Orquesta: un sexteto integrado por Gerardo Castmu, Claudio Gardea, Marco Gregoire, Christian Bautista, Edgar Estrada y José Lara. Cada quien viene de distintas vertientes sonoras, de distintos géneros y todo eso se nota a la hora de componer, comenta Marco, contrabajista de la agrupación.

Su trayectoria comenzó en 2012 y su álbum debut, La Pingos Orquesta, apareció en 2015. Un par de años después lanzaron Peregrino, con el cual lograron un gran reconocimiento. A mediados de 2018, lanzaron su más reciente material, Música para domar monstruos, grabado en León, Guanajuato. Steve Albini, uno de los productores más importantes en la historia del rock, fue la mente maestra detrás de esta obra. 

Grabar con Steve sí imponía, pero su vibra era muy tranquila y nos ayudó a darle candela [] Grabar con él es una experiencia increíble: no hace nada digital, todo lo grabamos usando cintas, con aparatos de los 30, cuenta Claudio Gardea, baterista. Música para domar monstruos ha sido, hasta el momento, la producción más exitosa de la banda.

El estilo de La Pingos conjunta influencias sumamente diversas. Partiendo del jazz, incluyen pinceladas de rock, blues, swing y folk, lo que les ha dado una gran apertura dentro de diversos mercados musicales. “Nosotros somos una banda que no tiene cantante y eso hace que entremos a festivales de jazz, rock y blues; eso hace que la banda sea atractiva para diversos foros”, agrega Gerardo Castmu, guitarrista.

Así, han generado una red de trabajo que los ha llevado a grandes foros culturales, festivales y teatros en todo el mundo. Tal fue el caso de su gira asiática. En 2018, estuvieron tocando en el Festival de Jazz de Indonesia y participando en el Club de Jazz de Hong Kong, donde presentaron su show tradicional, así como un performance didáctico para niños.

Las presentaciones didácticas surgieron como una posibilidad de acercar la música a niños de comunidades marginadas, y después las anexaron a su oferta musical. “En los conciertos para niños hacemos un viaje por la música de países como Francia, Jamaica, los Balcanes y México; así logramos que niños que ni siquiera hablan español puedan vivir una experiencia musical”, relata Christian Bautista, violinista del sexteto.

La forma de trabajar de la banda se asemeja mucho a la de una empresa; ellos han encontrado la manera de profesionalizar el oficio de la música, muchas veces relacionado con vicios o malas prácticas. De hecho, tienen una oficina central en Aguascalientes desde la que trabajan enlazados con Ropeadope Records, sello discográfico con base en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos.

El 2019 representó un año de retos para la agrupación: se presentaron por primera vez en el festival Vive Latino, principal foro para la cultura alternativa en Latinoamérica, realizado en la Ciudad de México; además de que formaron parte del cartel del festival Bahidorá, que comparten con bandas de talla internacional.

Estas participaciones marcan el punto más alto en su carrera y los ponen como abanderados de la nueva oleada de músicos aguascalentenses. La Pingos Orquesta está a la par de propuestas musicales de la Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y Tijuana.

Aguascalientes tiene ya algún tiempo que ha sobresalido, muchas bandas han salido del país. La vibra de Aguascalientes está contagiando a otros estados y cada vez más instituciones apoyan a los proyectos, subraya José Lara, trompetista.

Es muy padre ver las propuestas emergentes de tu estado, porque no van a decir más que lo que están viviendo aquí. Yo que soy baterista enriquezco mi manera de tocar al ver lo que hay aquí, menciona Claudio Gardea.

Y la travesía con este innovador proyecto apenas comienza. Ha sido todo un camino. No hay una sola cosa que podamos decir que nos hizo funcionar, sino que ha sido el trabajo lo que ha hecho que La Pingos funcione, concluye Gerardo Castmu.

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