Icono del sitio Líder Empresarial

La pasión innata de ser burócrata 

Desde su juventud, Héctor Franco Jiménez tenía claro que dedicaría su vida al servicio público. Cuando cursaba la preparatoria, tocó por primera vez la puerta de la Secretaría de Hacienda en busca de una oportunidad: “Fue un momento que me marcó totalmente no sólo en lo profesional, sino también en el aspecto personal”, comenta.

La confianza que la dependencia le concedió a tan temprana edad fue un aliciente para que proyectara toda una carrera como burócrata, la cual ya lleva 43 años y contando. El ahora administrador estatal del SAT ha recorrido medio país como funcionario de la Secretaría de Hacienda; pero Aguascalientes ocupa un lugar especial para él, ya que es aquí donde ha radicado más de 20 años y también donde ha formado una familia.

Originario de los Altos de Jalisco y egresado de la Universidad de Guadalajara (UDG) como contador público, Franco Jiménez ha vivido la transformación de un sistema que tradicionalmente estaba relacionado con el papeleo al por mayor y que hoy se ha reducido a clicks y scrolls en plataformas digitales:

“Antes capturaba las declaraciones en las oficinas de Hacienda, nos pagaban en efectivo los impuestos y nosotros hacíamos el depósito en las instituciones bancarias. Vivir la transformación de ese sistema ha sido una grata experiencia”.

Su paso por Aguascalientes le ha permitido diagnosticar la contribución de la entidad a la economía del país. En términos de recaudación fiscal, refiere, el estado representa poco más del 1 por ciento a nivel nacional, lo que, pese a que pareciera una cifra baja, es un porcentaje amplio si se considera el tamaño de la tierra hidrocálida:

“Tenemos, por ejemplo, un vecino como Zacatecas que es mucho más grande y donde se recauda menos que en Aguascalientes… Estamos arriba de la media en el cumplimiento gracias a la transparencia que se promueve con la digitalización del sistema”.

El administrador del SAT está por concluir su periodo dentro del servicio público. “Hay que darles oportunidad a los jóvenes”, dice el burócrata de 63 años, quien le recomienda a la próxima persona que ocupe su cargo “tener tacto con el contribuyente y el personal, ya que estamos para eso: para servir”.

Fuera de su puesto como servidor público, Franco Jiménez se dice apasionado por el fútbol y fanático del Necaxa. Su nuevo proyecto: dedicarse a disfrutar de su familia, particularmente de sus nietos, quienes se han vuelto una nueva motivación en su vida.

Salir de la versión móvil