La pandemia provocada por el COVID-19 ha dejado mucho dolor en todo el mundo; por desgracia, todavía hay personas que pierden la vida a consecuencia de la enfermedad. Esto genera una profunda pena, muy difícil de superar, en familiares y amigos, reflexiona el titular de la Secretaría de Salud del Estado de Aguascalientes (SSEA-ISSEA), Miguel Ángel Piza Jiménez.
No obstante, a poco más de año y medio del inicio de la contingencia, el galeno señala que la vacuna sí ha incidido favorablemente en una disminución de contagios, hospitalizaciones y defunciones. Por ello, se puede aseverar que la situación está bajo control y que el manejo ha sido adecuado.
“Desgraciadamente la gente que más se hospitaliza y que fallece es la que no está vacunada. Creo que vamos bien, pero no podemos echar las campanas al vuelo (…) La pandemia no ha terminado, va decreciendo, aunque de manera muy lenta. Estamos abriendo cada vez más actividades, principalmente las escuelas y algunos otros eventos, sin que hayamos tenido un repunte significativo de casos”, refiere.
Comenta que, acorde a las proyecciones, será en octubre cuando prácticamente toda la población esté inmunizada; incluso Aguascalientes podría erigirse como el primer estado del país en alcanzar este logro.
Quedaría pendiente el sector de 12 a 17 años de edad. Todo parece indicar que sí será vacunado, puesto que la aplicación de los biológicos existentes se ha alzado como un factor determinante para el control de la pandemia.
Sobre el descubrimiento de nuevas variantes, como la Delta, el titular del ISSEA manifestó que seguirán apareciendo y no nos deben asustar. Por eso, insiste en la importancia de la vacunación y en la implementación de las medidas sanitarias por todos conocidas.
“La cepa nos alarmó mucho, pero van a seguir otras. Si estamos vacunados y usamos cubrebocas, las que vengan las podremos frenar”, remarca.
Por otro lado, comenta que, si bien la comunidad médica todavía se encuentra en la búsqueda de un tratamiento efectivo, el sector salud salió fortalecido porque entendió que debía conformarse una sola “línea de guerra”.
De tal manera, el IMSS, ISSSTE e ISSEA integraron un frente sólido, aunado a que el gobierno no hizo distinciones políticas y tampoco escatimó recursos para cubrir los gastos que han dejado tanto la prevención como la atención del COVID-19.
“Como en todas las guerras ha habido heridos y caídos (…) Luego de todas las estrategias que se han implementado por el gobierno federal y el estatal, los tres sectores (con todo el apoyo del personal, el servicio médico y paramédico de todos los hospitales) nos han dado la fuerza necesaria para enfrentar a este enemigo invisible”, subraya.
En un escenario en el que todavía se desconocen verdaderamente las secuelas del padecimiento, así como las afectaciones psicológicas de los escenarios vividos, Piza Jiménez considera que entre las grandes enseñanzas destacan: la reingeniería que tendrá que efectuarse en los hospitales para contar con áreas especiales para atender pandemias, la preparación de médicos en determinadas especialidades y la inversión de más recursos en investigación.
“La pandemia la vamos a controlar entre todos porque de nada sirve lo que haga salud si no cooperamos con lo que nos toca. La responsabilidad la tenemos todos”, concluye.