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La otra cara de la FNSM: ¿quiénes no la pasan tan bien?

La Feria Nacional de San Marcos trae felicidad a muchas personas. Ya sea porque tienen tres semanas para ir a divertirse o porque harán un buen negocio. Pero hay otros que no se ponen tan contentos: los locatarios que están cerca del perímetro ferial y deben apretarse el cinturón durante estas fechas al ver que sus ventas tocan el piso.  

En Líder Empresarial hicimos un recorrido por la calle Madero y Carranza, dos vialidades que en temporada regular están llenas de gente que visita bares y restaurantes. Gerentes, encargados de área y dueños nos confesaron qué tanto les afecta la FNSM, para bien o para mal. En la mayoría, el panorama no es muy favorable.

De los 16 establecimientos donde se preguntó si la época de feria representaba pérdida en ventas, solo dos contestaron que no: una agencia de viajes que tiene una demanda del 100 por ciento porque las fechas coinciden con las vacaciones y un negocio de bebidas sin alcohol (Classiq T).

En Grill Burguer, local en Madero que abrió hace tres meses, dijeron que no les va ni bien ni mal. Pero cuando estaban ubicados en el norte de la ciudad, sí les afectaba. Aunque el recorrido se hizo cercano al perímetro ferial, otras zonas también sufren pérdidas.

 

Los más afectados son los bares

La situación es entendible por la cantidad de alcohol que se oferta en el perímetro ferial, no solo en los antros, bares y puestos de cerveza, sino en tiendas como Oxxo y Six Tecate.

Para el personal del 308 Bar, la feria “representa mucha pérdida”. En una semana se les llenan de una a tres mesas, por mucho. En Wings Air Force se caen la mitad de las ventas; en el CRAFT baja el 60 por ciento de su clientela (aunque lo consideran “algo esperado”) y en Los mojitos de la negra solo se llena el 20 por ciento. Estos lugares se encuentran sobre Avenida Madero, entre la calle de Miguel Hidalgo y Costilla y Zaragoza.

A giros como el de la Crepería –ubicada en Madero– no les va tan mal, aunque el personal acepta que atienden menos clientes. De atender 40 o 50 mesas los fines de semana, en tiempo de feria se reducen a 20. Lo que los salva es que atienden a muchos turistas y reciben pedidos para llevar.

Estar más cerca del perímetro ferial no garantiza más ventas. En la calle Del Codo, sitio que por las tardes está al tope –sea o no fin de semana– también lo pasan un poco mal. El restaurante- bar Contempo recibe un 60 o 70 por ciento menos de personas, según su personal; al Café del Codo, a pesar de las promociones que anuncia, tampoco llega mucha gente.

Además de la baja en ventas, algunos tienen que lidiar con otro tipo de problemas: riñas entre personas alcoholizadas. El dueño del Café del Ángel, ubicado en la calle Carranza, cuenta que el pasado fin de semana tuvo que llamar a la policía porque un grupo de jóvenes se estaba peleando en su local. No es la primera vez que se enfrenta con esa situación.

“Nos va muy mal”, dice en cuanto le preguntan qué tanto afecta a su negocio la temporada de feria, “por más que haga promociones, no voy a bajar el costo de la cerveza a 12 pesos”.

 

Al mal tiempo, buenas estrategias

La mayoría de las personas entrevistadas coinciden en algo: no se puede hacer mucho para contrarrestar los efectos de la Feria de San Marcos. Algunos manejan su crisis temporal contratando menos personal o repartiéndose el trabajo entre todos.

Eso no significa que despidan gente, muchos meseros piden permiso en sus empleos habituales para ir a trabajar a los antros y restaurantes de la feria. Así, los dueños que no están cerca de la fiesta, se ahorran un poco en sueldos y balancean la pérdida de clientes. Cuando las tres semanas acaban y todo vuelve a la normalidad, reciben de nuevo a sus trabajadores.

También es común ver negocios cerrados en esta época. Está el caso del Petit Cafecito (en Madero) donde aprovecharon para irse de vacaciones y La Venustiana (en Carranza) que está remodelando sus instalaciones. Otros, como la Casa Corazón (en Carranza) colaboran con el Instituto Municipal de la Cultura (IMAC), dejan de ofrecer servicio y convierten sus instalaciones en escenarios para obras de teatro.

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