El primer baldazo de agua fría respecto al fin de la pandemia por COVID-19 lo dio ayer la Universidad de Oxford, quien a través de la vacunóloga y líder del proyecto, Sarah Gilbert, avisó que no había ninguna certeza de que la vacuna que están desarrollando en conjunto con el laboratorio AstraZeneca estaría lista antes de que finalice el año.
Hoy fue la Organización Mundial de la Salud, a través del director de Emergencias Sanitarias, Mike Ryan, quien desestimó la idea de que la gente podrá ser vacunada antes del 2021.
«Hay que ser realistas en cuanto a los tiempos. No importa cuanto intentemos acelerar el proceso, tenemos que estar seguros de que una vacuna es segura y efectiva, y esto toma su propio tiempo», mencionó a través de rueda de prensa.
Si bien el alto mando de la autoridad sanitaria reconoció que los procesos de investigación y desarrollo marchan a una velocidad considerable, no significa que bajo alguna circunstancia vayan a escatimar en la seguridad de la vacuna.
Por ello mismo, expresó que «si somos realistas, la vacuna llegará en la primera parte del próximo año». También enfatizó que la vacuna será un «bien global», dado que no estará dirigida a los más ricos o a los más pobres, sino para todos.
Asimismo, el especialista advirtió que es erróneo guardar expectativas desmesuradas pensando que la vacuna pueda erradicar el virus SARS-CoV-2 del planeta, pues recordó que ninguna vacuna es cien por ciento efectiva, poniendo como ejemplo la que protege contra el sarampión, una de las más seguras pero que alcanza el 95 por ciento de efectividad.
“Jóvenes no son inmunes”: otro aviso de la OMS
Maria Von Kerkhove, epidemióloga de la OMS, lanzó un mensaje dirigido hacia los jóvenes advirtiéndoles que no son inmunes ante la COVID-19, pues ha habido un incremento en casos graves en personas de este grupo, llegando incluso a un desenlace fatal.
Manifestó que las secuelas que deja la enfermedad en su sintomatología grave pueden durar hasta meses en desaparecer. Mike Ryan agregó que “al pulmón le toma bastante tiempo volver a su capacidad normal y en algunos casos también el sistema cardiovascular queda afectado».
Ambos portavoces de la OMS revelaron que el organismo tiene documentado numerosos casos de jóvenes que requieren entre tres y seis meses para que sus órganos recuperen su funcionalidad, tras estar enfermos una decena de días.