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La nueva identidad del emprendedor hidrocálido

A sus 46 años de edad, Cuitláhuac Pérez Cerros considera que está en plenitud debido a todos los roles que desempeña y los ámbitos en los que se desenvuelve: padre, hijo, hermano, directivo y empresario. Sin embargo, para el director de Maindsteel y presidente de Grupo MAEN, llegar a este punto no ha sido fácil.

En los últimos dos años, su vida dio un vuelco que lo llevó a concebirla de una manera completamente diferente. Y es que como él mismo dice: “Cuando la vida pega, pega fuerte”, lo cual ha constatado en las fibras más hondas de su ser, pues en este lapso padeció uno de sus momentos más difíciles: tener a su hija recién nacida en terapia intensiva, con la impotencia que genera no poder hacer otra cosa más que poner sus esperanzas en las manos de Dios y de los médicos.

La experiencia vivida con Sophie –que hoy tiene dos años de edad y a quien define como su ángel– le dejó grandes enseñanzas, como ocurrió poco tiempo después cuando él mismo estuvo en riesgo de morir por una afección cardiaca.

“Aprendí que no todo son negocios o proyectos; si quería trascender, también necesitaba cuidar algunos otros aspectos de mi vida como mi salud […] Gracias a ello, hoy atravieso por una plenitud total; creo que todo se basa en la evolución y madurez que uno va teniendo en distintos escenarios, y sobre todo en el equilibrio que vas teniendo en tu vida personal”, señala.

El olvidado asombro de estar vivos

Estos acontecimientos propiciaron que el oriundo de un humilde ejido del municipio de Rincón de Romos, reflexionara sobre lo que hasta ese momento había hecho en su vida para contrastarlo con lo que realmente quería: sabía que alcanzar el objetivo de trascender dependía de cambiar el ritmo, pues de lo contrario no duraría muchos años.

Fue entonces cuando vislumbró el panorama de una forma diferente y capitalizó el aprendizaje que tuvo en Japón, a donde viajó en 2015 y en cuya estancia conoció cómo una de las potencias más importantes del orbe logró levantarse después de los estragos de la Segunda Guerra Mundial:

“Siempre tuve claro a dónde ir pero no sabía cómo llegar, hasta que me pregunté: ¿qué es lo que quiero dejar de legado para que mi paso por esta vida haya valido la pena? Eso hoy lo tengo claro. Este remolino me aclaró el camino”, sostiene el empresario, quien entonces comprendió el significado del “olvidado asombro de estar vivo”, idea contenida en la obra de Mario Mendoza.

La mente maestra

Derivado de los proyectos que emprendió y de su convicción por arriesgar todo para desarrollar tecnología 100% mexicana, Cuitláhuac se dio cuenta de que su personalidad individualista era una barrera para ejecutar planes aún más ambiciosos:

“Cuando arrancan los proyectos es normal [tener el control], pero hay que entender que en algún punto no podremos seguir haciéndolo así porque nos convertiremos en el mayor problema de nuestros proyectos. Uno tiene que apostar por gente que esté a nuestro mismo nivel y aprender a delegar”, expresa.

Sobre este punto, el visionario hidrocálido hace alusión al libro Piense y hágase rico, en el cual Napoleón Hill habla sobre el concepto ‘mente maestra’. El autor señala que el líder debe actuar como un pivote y detectar tanto sus fortalezas como sus debilidades: las fortalezas debe multiplicarlas y prepararse para que esto ocurra; mientras que las debilidades debe compensarlas con expertos que dominen las áreas que requiera cubrir.

Así es como una mente maestra crea una organización y es lo que Cuitláhuac empezó a realizar no solamente en el ámbito de los negocios, sino también en su vida personal: “El único que va a determinar cómo moverse y cómo solucionar un problema soy yo. Y lo voy a poder hacer en la medida en que me apoye de gente que ya recorrió los mismos caminos que yo o que ha recorrido los que quiero alcanzar”, sostiene.

Morirse en el intento

Una de las premisas que definió el rumbo del empresario fue tomar la determinación de no ser maquilador por el resto de su vida: “¿Qué pasaría si desarrollamos los insumos que consumimos y dejamos de importarlos? Sería clave para avanzar en el desarrollo de nuestra industria y fortalecer el mercado interno”, recalca.

Pero sembrar esa semilla en México no le ha resultado fácil. Considera que aún no se cuenta con la misma capacidad de crear que tienen alemanes, japoneses o estadounidenses, sobre todo porque al momento de plantear la pregunta ¿por qué?, no hay una respuesta concisa.

Para él todo está en la mentalidad: “Si nos convencemos de que ese es el camino correcto para cambiar radicalmente lo que estamos haciendo en México y dejamos esa dependencia hacia otros países, seríamos una potencia. A final de cuentas, hay capacidad pero nuestra formación y nuestra ideología nos limitan”, lamenta.

Y aunque la pretensión no sea cambiar de un día para otro nuestra idiosincrasia, el hecho es que alguien debe comenzar y Cuitláhuac está dispuesto a hacerlo generando confianza y siendo congruente con su filosofía; en eso ha basado su quehacer los últimos años.

“¿Cómo cambiar un hábito en ti, en tu familia? Iniciando por nosotros mismos, siendo congruentes […] Si les digo vamos a desarrollar tecnología, es porque en algún momento esa tecnología va a estar en las calles, en las empresas o en las casas”.

Más que sólo “juguetes”

Con el nacimiento de la primera empresa de Grupo Maindsteel en 2006, el legado del hidrocálido comenzó a cimentarse. En lenguaje llano, se trató de una oportunidad que no dejó ir y que poco a poco se fue cristalizando hasta convertirse en el referente que es actualmente.

Desde entonces estaba decidido a ser él quien generara sus propias oportunidades, lo cual materializó a partir de la creación –hace tres años y medio– de su Centro de Investigación y Desarrollo: una plataforma de negocios en la cual está fincado el futuro del consorcio y donde se fabrican implementos que tienen por objetivo transformar la realidad de muchas personas.

“Nuestras nuevas divisiones no son oportunidades que se presentan, sino que las estamos generando […] Se trata de desarrollar tecnología, pero también de comercializarla. No son sólo juguetes para exhibir”, subraya.

Y es que en 2020, Grupo Maindsteel proyecta diversificarse y crear nuevas divisiones: Maindsteel Industry, Maindsteel Medic, Maindsteel Movility y Maindsteel Plastics; para 2021, pretende incursionar en la industria minera. Estos nuevos proyectos se sumarían a las empresas Maindsteel Technology, Maindsteel Agro y Maindsoft.

Antes de que concluya este año, el grupo presentará los prototipos finales de su bicicleta, motoneta y vehículo biplaza eléctricos. Adicionalmente, y motivado por su madre que desde hace 11 años está impedida para caminar, Cuitláhuac y su equipo están desarrollando una silla de ruedas eléctrica que, a un bajo costo, permite a las personas con discapacidad desplazarse más fácilmente.

Si quieres llegar lejos… ve acompañado

Si algo ha aprendido Pérez Cerros, es que solo no lo puede hacer todo, de ahí que se haya dedicado a “armar” un equipo con la capacidad que requieren todas sus unidades de negocio. Esa sinergia la ha trasladado a varias instituciones de educación superior con las cuales genera soluciones desde las aulas: “Estamos convocando a las universidades del estado para que participen en concursos cuyo objetivo es desarrollar sistemas para algún producto en específico y que a cambio reciban un beneficio económico e incluso laboral”.

Su idea es motivar a los jóvenes estudiantes a que sean partícipes de proyectos que verán la luz, que tienen futuro, que no se quedarán solamente en papel y que no serán para aprobar una materia, sino para beneficiar a miles de personas.

Para el aguascalentense, las universidades requieren de este tipo de soporte, el cual contribuya a que los alumnos desarrollen habilidades como liderazgo, trabajo en equipo, solución de problemas, entre otras. Y como el ejemplo arrastra, decidió involucrarse en la labor desempeñando diversos roles, como el de conferencista, para contribuir en el proceso formativo.

Esto lo ha llevado a ocupar cargos honorarios en varias instituciones: funge como director de Vinculación en el Instituto Tecnológico de Aguascalientes (ITA), consejero en la Universidad El Retoño, integrante del Consejo Directivo de la Universidad Tecnológica del Norte de Aguascalientes (UTNA) y mentor en la Universidad Politécnica de Aguascalientes (UPA), aunado a que colabora con el Instituto Tecnológico de Pabellón de Arteaga.

“Es una invitación a todos los empresarios: no se esperen a que las universidades entiendan que tienen que formar a sus alumnos para que a nosotros nos entreguen capital humano. Participemos con ellos […] Es la única forma, no hay otra vía. Dejemos de esperar a que alguien venga a solucionar los problemas que nosotros tenemos; somos los únicos que podemos hacerlo”.

Cambiar entornos

Admirador de Steve Jobs, Elon Musk y del hidrocálido don Jesús Rivera Franco, en cinco años, Cuitláhuac se visualiza igual de entero como se siente ahora, pues ha entendido cómo vivir plenamente equilibrando todos los aspectos de su vida.

También se ve como el empresario que fue capaz de desarrollar tecnología y de trazar el camino para fortalecer el mercado interno del país, factores que desde su perspectiva inciden en lograr la anhelada trascendencia a la que aspira:

“Vengo de un entorno que puede sorprender muchísimo y eso no me hizo ser quien soy, sino que así nací. El entorno no hace a las personas; uno es capaz de generar su propio camino […] Por eso siempre les digo [a mis colaboradores] que vean más allá de lo que ven sus ojos. En el momento que tengamos esa visión, cambiaremos radicalmente la forma en que vivimos, cómo hacemos negocios y cómo nos vinculamos”.

Así, en 13 años de recorrido con Grupo Maindsteel, cuyo éxito lo llevó a ser uno de los fundadores de Grupo MAEN, Pérez Cerros es claro cuando afirma que no se ha arrepentido un solo momento de tomar la decisión de delinear su propio horizonte y de cumplir el sueño que tuvo desde niño, ése de cambiar entornos comenzando por el suyo:

“Si vas a meterte a un negocio, no solamente lo puedes hacer por dinero, porque te vas a decepcionar muy rápido. La cantidad de dinero que ganes nunca va a ser suficiente para el nivel de vida que quieres tener. Tienes que desarrollar un negocio basado en algo que te apasione, que te guste y que sea tu sueño; es la única forma. El dinero como tal es una consecuencia”.

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