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La mentalidad universitaria

Hace no muchos años leí un libro muy interesante llamado “Start Up Nation”, el cual en síntesis, relata cómo se desarrolló el ecosistema de emprendimiento y de alta tecnología en Israel, a pesar del agreste clima y de las constantes tensiones geo-políticas en las que se encuentra inmerso como país. Sin embargo, es de destacar que a pesar de lo mencionado quienes realmente influyeron en cambiar las condiciones de sus circunstancias: fueron las universidades.

Por lo anterior, vinieron a mi mente algunas cuantas comparaciones de lo que pudiera ser Aguascalientes, con un clima relativamente agradable, el escaso territorio productivo, así como lo limitado de los recursos naturales y principalmente del líquido vital.

Mientras aquí el universitario promedio destina su tiempo principalmente a su estudio; a un mal pagado e improductivo empleo de medio tiempo; en Israel, no es muy distinta la situación; empero, se tiene un ecosistema de apoyo al emprendimiento más cohesionado, lo que cambia drásticamente la ecuación.

Es decir, mientras aquí el universitario promedio busca egresar y encontrar un empleo mediante el cual, pueda subsistir y vivir la vida “millennial”; en Israel, buscan este estilo de vida, primeramente desarrollando una Start Up que puedan crecer hasta un cierto punto en el que pueda ser atractiva ante una gran corporación y recibir un jugoso retorno de inversión con su venta; en consecuencia, pudiéndose dedicar a otros proyectos que asimismo puedan vender a otros actores relevantes de la industria, hasta encontrar un proyecto que les sea tan apasionante que decidan dedicarle gran parte de su vida ya con un respaldo de experiencia en desarrollo, venta y capital.

Lo anterior, se oye un poco al estilo Silicon Valley; en otras palabras, un poco irrealista; no obstante, viendo las estadísticas del gran auge de la industria del Capital Privado en México (Inversionistas deseosos de invertir en proyectos) es más sorprendente el cómo abundan grandes corporativos deseos de invertir y adquirir nuevos proyectos que les permita sobrevivir en el mercado, o bien inversionistas privados que desean que grandes ideas crezcan con el sabido retorno de inversión para los involucrados.

Por ende en esta ocasión, pongo sobre la palestra el gran papel que queda pendiente en Aguascalientes por desarrollar el Ecosistema Emprendedor, ya que salvo algunas excepciones, éste se encuentra desdibujado y lleno de figuras que más parece que van al estrellato a Hollywood que realmente a sustentar proyectos que pudieran ser comparados en otras latitudes.

En otro orden de ideas, repensemos un poco ese papel de universitario con unas grandes esperanzas de encontrar un empleo al egresar, mientras vive las bondades de la vida universitaria; para transformarlo por un universitario con más visión dentro del cual pueda desarrollar proyectos no pensados exclusivamente para sustentarse de ello, sino para que sean atractivos para grandes corporaciones, para que pueda vender efectivamente sus proyectos para que con ese capital pueda seguir desarrollando más proyectos en beneficio de Aguascalientes.

Esperemos que las universidades locales incentiven cada vez más esta visión, para dejar de ser una economía meramente manufacturera; por una más dedicada al intelecto y la tecnología.

Lo que está comprobado es que orientando una economía hacia estos objetivos existe una mejor distribución de la riqueza, un aumento de la productividad y del PIB, sin necesariamente ser una población extensa, trayendo consigo mejores ingresos per cápita.

Basta mencionar que existen ya algunos casos de éxito un tanto parecidos a esta lógica y aunque actualmente esos emprendedores dejaron la etapa universitaria hace ya tiempo, siguen siendo ahora consolidados empresarios, consultores y mentores de nuevos emprendimientos.

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