Siomar Estrada nunca ha sido de “logros fáciles”. En más de una ocasión, ha tenido un no por respuesta ante situaciones personales y profesionales; sin embargo, esa no ha sido razón para darse por vencida.
Nació en la Ciudad de México, pero creció en el pueblo de la Rivera, Jalisco: una comunidad con algunos cientos de habitantes, donde estudiar una profesión era prácticamente un mito.
Ahí estudió la primaria y la telesecundaria. Esta última estaba situada en lo alto de un monte al que cada día, la hoy magistrada del Tribunal Federal de Justicia Administrativa en Aguascalientes llegaba caminando.
Cursar la preparatoria no fue una decisión fácil dado el lugar donde vivía. La escuela más cercana estaba a más de una hora de distancia de su pueblo. Era complicado que sus padres la llevaran a diario, por lo que despertaba cada madrugada para tomar camión.
La institución lo valía. Era la Preparatoria Regional de La Barca, una escuela afiliada a la Universidad de Guadalajara (UDG), la máxima casa de estudios de Jalisco, a donde Siomar soñaba asistir y estudiar la carrera de Medicina.
Pero al concluir su educación media superior, le surgió una nueva pasión: “Veíamos en algunas clases a personajes que tenían mucha fuerza: los jueces. Me pregunté: ¿cómo sería llegar a esos espacios? Quería servir desde esa trinchera”, relata.
Después de graduarse de la Licenciatura en Derecho de la UDG y, posteriormente, encontrar su primera oportunidad laboral en la Secretaría de Finanzas de Aguascalientes, Siomar soñaba con ser magistrada desde el enfoque administrativo.
Sin embargo, su primer intento por llegar al Tribunal que hoy dirige se le negó, por lo cual buscó otras oportunidades. Conoció el sector privado y siguió recorriendo el área pública hasta llegar al Tribunal de Justicia Fiscal y Administrativa en la Ciudad de México y después, a la Comisión de Federalismo en el Senado de la República.
En 2016, a los 37 años, recibió su nombramiento como magistrada del lugar que tanto había soñado: “Se cristalizó lo que había preparado por tantos años. Al momento de rendir protesta me puse la meta de no dejar de prepararme. Llegar a este espacio fue el inicio de una nueva vida”, comenta.