Icono del sitio Líder Empresarial

La industria automotriz enfrenta retos con el T-MEC en el horizonte

La inminente entrada en vigor del T-MEC pone a la industria automotriz en una situación compleja, al hallarse en medio de esfuerzos del sector por recuperarse después de más de dos meses inactivo por la pandemia de  COVID-19 mientras trabaja aceleradamente para dar cumplimiento a las nuevas disposiciones planteadas por el tratado comercial, particularmente las referidas al aumento en el  valor de contenido regional.

Naturalmente, el incremento del 62.5 al 75% del contenido regional en las reglas de origen del sector automotriz ya era un desafío existente anterior a la irrupción del virus SARS-CoV-2, pero la aparición del patógeno puso en una tesitura más complicada a la industria. 

“Sin COVID-19 o con COVID, ya era un desafío importante. [Ahora] después de dos meses de inactividad, el regresarnos y toparnos con esto pues es un reto todavía mayor”, señala en entrevista Alejandro Veraza, director del Clúster Automotriz de San Luis Potosí.

El líder empresarial manifiesta que anterior al brote pandémico, ya era una tarea complicada traer y localizar más componentes automotrices de manera más rápida y cumplir con los ordenamientos del T-MEC: 

“Digo rápida porque estamos hablando que el tratado fue liberado por los tres gobiernos apenas en febrero, por lo que se tenían cuatro meses para cumplir con las reglas de origen iniciales, que si bien no representan una gran modificación, sí es un cambio…Entonces,  si es un reto importante para cumplir en cuatro meses, ahora quítale dos y medio, pues peor”, menciona. Esto ha conducido a las empresas a buscar proveeduría que anteriormente se importaban. 

No obstante, éste no es el único desafío. La situación financiera sigue siendo un escollo relevante que las empresas tienen que superar, señala el director del clúster. En este sentido, pone especial énfasis en las empresas medianas, que tendrán que buscar financiamientos óptimos para recuperar flujo de efectivo y postergar planes de inversión que pudieron tener planeadas para el presente año:

“Los grandes corporativos quizá tengan dinero que puedan enviar a sus filiales en México o acceder a financiamientos que están siendo promovidos a nivel internacional, pero que exceden los 10 millones de dólares, algo que las empresas grandes pueden hacer. Y las micro y pequeñas empresas pueden obtener recursos a través de los préstamos otorgados por los gobiernos federal y estatal que en promedio oscilan entre los 600 mil y los 10 millones de pesos”, señala Alejandro Veraza. 

Las empresas que se sitúan en medio de esos dos grupos son las que podrían enfrentar mayores problemas financieros.  “Hay que recordar que estas empresas siguieron pagando a sus trabajadores el salario íntegro y continuaron pagando impuestos por orden del Gobierno Federal, por lo que quizá no tengan el flujo de efectivo necesario”, puntualizó. 

Asimismo, un tercer desafío de distinta índole es garantizar el suministro de equipo de protección personal para todos los trabajadores, en aras de cumplir con los protocolos sanitarios establecidos por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría de Salud Federal y mitigar el riesgo de contagio por COVID-19. 

“Esto continuará hasta que el IMSS Y la SSA lo establezcan, pero tardará unos cuantos meses, hasta que el semáforo epidemiológico se halle en verde.»  

Por último también plantea el reto del retorno al trabajo de los empleados que tienen factores de riesgo, como diabetes, hipertensión arterial, obesidad, entre otras enfermedades crónicas. “Por el momento hemos exhortado a que esta población se quede en casa», finaliza.

Salir de la versión móvil