Bien dice el dicho que es mejor prevenir que lamentar. Esto es una premisa dentro de cualquier campo y de la vida misma, en cualquier área de la que hablemos así como en cualquier lugar. El Mundo empresarial no es la excepción, una empresa entre otras cosas debe tener un mapa de riesgos y una estrategia clara de cómo resolver aquellos problemas que pueden suceder por el solo transcurso del tiempo o por el crecimiento de sus operaciones; y una de las más importantes es sin duda una estrategia laboral.
Existe una idea común en varios empresas o negocios que han crecido de manera exitosa en poco tiempo, en la cual se mantiene la mentalidad de «nadie va a venir enseñarme cómo funciona mi negocio» y en el ámbito Laboral se reduce a «yo siempre he trabajado así y nunca he tenido problemas» esta es una frase que parece estar grababa en la conciencia de muchos patrones que no ponen atención en su área de recursos humanos y que está a la vez se vuelve una bomba de tiempo cuando surge algún problema derivado de la relación obrero patronal.
Entre los problemas más comunes se encuentra que el patrón omitió tener recibíos de nómina, utilidades, aguinaldo, vacaciones y prima vacacional, esta situación genera un problema enorme al momento de existir un conflicto laboral toda vez que es prácticamente imposible acreditar el pago de estas prestaciones cuando no existe un recibo de por medio; y lo anterior tiene como consecuencia que el patrón tendrá que pagar estas prestaciones nuevamente por el último año de servicios prestados. Así mismo la inexistencia de controles de asistencia y horario generan otro conflicto a la parte patronal toda vez que al momento en que se le reclame la jornada extraordinaria, el patrón no podrá acreditar el horario y con ello otro golpe más que se traduce salida de dinero. Lo anterior es un mal recurrente sobre todo en la pequeña y mediana empresa así como en los pequeños y grandes comerciantes que en muchas ocasiones ven con miedo o recelo el tener un asesor en la materia; incluso como lo hemos visto en muchas ocasiones estas omisiones pueden costar demasiado a la empresa, en donde un laudo emitido por una autoridad laboral puede llevar a la bancarrota a estas unidades de producción y capital.
Por lo anterior es necesario que el empresario (sobre todo el pequeño y mediano) tenga un asesor tanto en recursos humanos como un abogado de confianza en materia laboral, los cuales le indiquen cuales son las estrategias para llevar a buen puerto las relaciones con sus trabajadores y mantenerse lo más alejado posible de los tribunales laborales; con ello el patrón tendrá la certeza de que se encuentra protegido y operando dentro de los lineamientos que establece nuestra ley federal del trabajo en vigor; por lo anterior como consejo les recomiendo trazar una estrategia integral en recursos humanos en donde tengan la opinión de expertos en la materia y con ello tengan una seguridad que les permita tener una única preocupación: crecer como empresa.
Quitemos de una vez por todas esa idea de que los abogados únicamente deben ocuparse al momento en que surge un conflicto, de hecho el mejor trabajo de un abogado es la prevención, mostrar los riesgos en los que se opera como empresa y como se deben solucionar para evitar caer en la ilegalidad.