Por Carlos de Luna*/ MINT Mercadotecnia Integral
Buena parte de mi infancia la viví entre mi casa y el pequeño negocio de mis padres y de mis abuelos. Todos los días, mis hermanos y yo apoyábamos en lo que se ocupara. Por ello, recuerdo muy bien los negocios icono de los años setenta: se establecieron, crecieron, se consolidaron y murieron. Pero, ¿por qué los dejaron desaparecer si sostuvieron económicamente, de una manera muy cómoda, al menos a dos generaciones?, ¿por qué los hijos de estos empresarios no continuaron con el éxito que gozaron sus abuelos y sus padres?
La respuesta es muy sencilla: la velocidad con la cual las empresas detectan y atienden las necesidades de sus clientes es infinitamente superior a la de hace unos cuantos años. Las compañías reaccionan de forma inmediata para atender nuevos mercados. Ahora, la velocidad es lo que cuenta y una de las herramientas que ha propiciado esto es el comercio electrónico. Hace poco compré por internet unos tenis Nike personalizados y de una edición limitada; venían desde Hong Kong y llegaron en menos de 30 días. Compré lo que yo deseaba a miles de kilómetros de distancia, nadie me atendió y aun así, pude tener un producto altamente diferenciado que excedió mis expectativas.
Hoy, el poder de los compradores es muy superior al de antes, ya que tienen muchas opciones no solo en cuanto a la forma de adquirir productos o servicios, sino también de recomendarlos.
El mundo del comercio y de la industria evoluciona vertiginosamente. Cadenas departamentales en EUA, como Sears, J.C. Penney, Macy’s, entre otras, están cerrando tiendas; mientras que centros comerciales completos están desapareciendo debido a las compras online.
Otro de los motivos que ha hecho a las empresas reconsiderar a qué se enfocarán como negocios es que el esparcimiento, la diversión, el vivir experiencias se han vuelto mucho más importantes que adquirir un producto en específico.
¿Qué hace que las empresas trasciendan?
Escuchan al mercado, son eficientes en cuanto a operatividad e innovan tecnológicamente sus procesos de venta. Se enfocan en atender la sensación y percepción de sus clientes y en mejorar la oferta de sus competidores. No esperan a que los consumidores lleguen a su oficina o punto de venta. Se rodean de asesores o especialistas. Se acercan a incubadoras o aceleradoras de negocios y promueven beneficios que los colocan en una plataforma más estudiada y con más posibilidades de alcanzar el éxito.
Los casos que nos toca atender en nuestro despacho se enfocan en la planeación, el marketing y la identidad corporativa; pero sobre todo a que las compañías sean vistas como la mejor opción en el mercado. Damos un acompañamiento que asegura y se anticipa a presentar adecuadamente las bondades que nuestros clientes son capaces de ofrecer a sus compradores. El que ellos cuenten con asesoría profesional les genera la capacidad de penetrar con éxito a nuevos mercados.
Si se busca ahorrar una buena cantidad de años de aprendizaje y errores, es mejor asesorarse.