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La fórmula elegante para hacer negocios

Desde la época de los grandes pensadores griegos, el vino ha sido una fuente de inspiración, conocimiento y formación de lazos interpersonales. En la actualidad, también se ha convertido en un medio atractivo para construir relaciones profesionales.

El ambiente y los múltiples elementos que comprende una cena maridaje han hecho que el compartir una copa de vino sea toda una experiencia sensorial. Marisa García Ruiz, sommelier profesional por la Associazione Italiana Sommelier y socio director de la empresa Bon Vivant, define estas reuniones como “un momento que abre el espíritu” y afirma que son una excelente manera de hacer negocios, ya que a través de una atmósfera confortable se genera una amistad que puede desembocar en una efectiva relación comercial.

El anfitrión: cómplice de una velada memorable

García Ruiz expone que hacer una cena maridaje permite, de un modo muy sencillo, acercarse a los clientes, ya que es un paso para poder romper barreras y compartir el mismo entorno de confort y placer, lo cual construye un canal en común: la pasión por el vino.

“Elimina el escritorio, disuelve las jerarquías y genera un espacio donde todos son iguales, son amigos y comparten el gusto por el vino. Con ello, construir lazos profesionales se vuelve mucho más sencillo y natural”, menciona.

Al organizar un evento de este tipo, el anfitrión se vuelve el protagonista de la velada. La directora de Bon Vivant explica que este papel es el que da la pauta para que surja un ambiente de convivencia. La principal recomendación de la sommelier a quien preside la reunión es la de mantenerse tranquilo: “Debe ser él mismo, estar relajado y entender que después de la formalidad de presentar la cena, todo se irá dando con naturaleza”.

El gusto de experimentar con diferentes culturas

Otro de los elementos que hace de la cena maridaje una experiencia especial, es el compartir la identidad cultural de distintos países por medio de los colores y sabores de sus cocinas. En el caso de Bon Vivant, esta empresa ha apostado por impulsar mayormente los ingredientes mexicanos a través de chefs certificados a nivel internacional: “La riqueza de la cocina mexicana es impresionante. Existen muchos platillos gourmet que pueden maridar con un buen vino; nosotros tratamos de que la gente sepa más sobre eso”, apunta García Ruiz.

En este aspecto, Marisa comenta que los platos preparados por chefs locales permiten contar historias increíbles: “Personalizar una cata con las creaciones de un chef da pie a nuevas historias, ya que cada composición tiene muchas peculiaridades detrás, las cuales al ser escuchadas por los invitados generan un aporte cultural muy importante”.

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