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La Facultad de Derecho de la UP cumple 25 años

Abogados que aman la justicia

Hace un cuarto de siglo que abrió sus puertas la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana, y a pesar de todo ese tiempo, se encuentra más joven que nunca. Durante esos años, la carrera experimentó una consolidación y proyección que la han convertido en una de las más importantes de México.

Gabriel Domínguez García-Villalobos, director de la licenciatura de Derecho de la UP Campus Bonaterra, tiene muchos años al frente de ella. Para él, la finalidad es preparar a los jóvenes “no solo para destacar en el ámbito nacional, sino para que se puedan enfrentar a las exigencias profesionales y de vida que demanda el mundo entero y el mercado”.

Así, de esta universidad no solo salen buenos abogados, sino también buenas personas, conscientes de los retos actuales. “Cuando hablo de mercado es pensando en todas las áreas en donde el derecho tiene algo que decir o en donde tiene que actuar […] Implica asuntos de derecho internacional, de derechos humanos, guerras, etcétera; además de temas comerciales y de familia”, señala.

Expertos en cuestiones internacionales

Esta internacionalización de la cual habla Domínguez es el eje central de la formación de los estudiantes de la UP. “En el área de los negocios hay muchas normas jurídicas que trascienden el ámbito nacional y son aplicables en todo el mundo. Hoy en día, una facultad de derecho de prestigio que apueste por la exigencia y la actualidad, necesariamente debe tener un enfoque internacional”, sostiene.

Para ello, la institución ha diseñado un plan de estudios con una carga importante de derecho internacional. Pero además de destacar por su modelo académico, la carrera es reconocida por la presencia de sus alumnos en distintos foros y concursos fuera del país.

La Facultad de Derecho de la UP hace 25 años.

“Acabamos de celebrar un convenio con The Washington Center, un organismo en dicha ciudad, para que los estudiantes puedan hacer prácticas profesionales en algunas oficinas, departamentos, instancias, despachos ubicados en Washington. Duran un verano y les da la experiencia de esa actividad profesional en el extranjero; ya no solo es el intercambio académico, el cual también tenemos y fomentamos”, explica el director.

La ética como brújula

Domínguez está convencido de que un abogado egresado de la UP “es profesional, trabajador; está preparado y tiene ética. En general, ese es el sello que las personas pueden observar: un abogado de la Panamericana se ve muy orientado hacia la justicia”.

Por esta razón, la universidad cuenta con un despacho de atención social. “Es el instituto de acceso a la justicia donde los jóvenes van a hacer prácticas profesionales y atienden a personas de escasos recursos” en sus asuntos e intereses jurídicos. “Procuramos que nuestras materias y profesores impacten en los alumnos con esa conciencia social que tanto necesitamos en el país”, destaca.

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