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La experiencia de 3 estudiantes de la UPA en su cuarentena en Italia

El 20 de febrero, día en que los hidrocálidos Jorge González, Fernando Pérez y Eduardo López llegaron a Roma, Italia contabilizaba 20 casos confirmados de coronavirus COVID-19 y un deceso. Poco más de un mes después, el país europeo se ve sumido en una pesadilla sanitaria al superar los  92 mil 500 infectados y más de 10 mil muertos. 

Los tres aguascalentenses, estudiantes de la Universidad Politécnica de Aguascalientes (UPA) se trasladaron al día siguiente, el 21 de febrero, a la ciudad de Pisa, en la región de la Toscana, para continuar sus estudios en Ingeniería Mecánica y Automotriz.

Desde antes de emprender el vuelo al Viejo Continente, los mexicanos ya se habían percatado de la circulación del patógeno, por lo que extremaron precauciones desde el inicio: cubrebocas, gel antibacterial, guantes, medicina…todo lo medianamente necesario para prevenir un contagio. 

Sin embargo, al llegar al país transalpino, se sorprendieron de ver a la nación mediterránea en un estado todavía de relajamiento ante un virus que ha puesto en jaque a los sistemas sanitarios alrededor del mundo:

“A nuestro parecer estaban algo relajados. Nosotros tomamos precauciones porque ya se escuchaban casos aquí, casos allá, usábamos bandanas para protegernos la cara, pero mucha gente en Italia nos miraba raro, incluso se burlaban de nosotros. Una mujer simuló estornudarnos en la cara”, recuerdan los estudiantes.  

Las primeras quince noches, Jorge, Fernando y Eduardo las pasaron en un hostal, en lo que hallaban una casa en la que vivir el semestre de intercambio académico.

Esos días fueron preocupantes, pues en el albergue entraban y salían turistas provenientes de distintas partes del mundo. Las medidas preventivas que los mexicanos tomaban, eran vistas por los demás como exageradas y motivos de risa. Una noche, compartieron cuarto con una brasileña, quien se pasó horas tosiendo. Los hidrocálidos, aquella vez, decidieron dormir con cubrebocas. 

Conforme fue avanzando el virus por territorio italiano, el pueblo italiano empezó a tomar medidas de prevención: “La gente ya salía con cubrebocas, el gel antibacterial empezó a escasear. Nosotros compramos una botella de 200 ml por seis euros (156 pesos mexicanos), ya no había guantes”.

Sin embargo, el estado de alerta todavía no era total. Al ir a la universidad para ver su situación académica y las posibles afectaciones por el coronavirus, la encargada de movilidad, con el semblante confiado, les dijo: “No se preocupen, esperemos que no llegue el virus, todo va a estar bien”. 

Días después, el el 9 de marzo, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, decretó la cuarentena para todo el país. 

«Ya no podemos salir, incluso es motivo de multa estar afuera de nuestras casas salvo para ir al mandado, al médico o al hospital. Las calles están vacías, no hay movimiento”, explican los estudiantes. 

Ahora, viven sin salir de su domicilio, llevando dos clases por vía virtual y saliendo únicamente para hacer el mandado de la semana: “Establecieron un protocolo para hacer el súper: te dan tu turno y entran de cinco en cinco personas. Te dan desinfectante especial, te limpias las manos y te proveen de guantes de plástico para que vayas tomando tus artículos. No hay límite de productos, pero hasta eso no ha habido desabasto ni escasez de alimentos. Únicamente llevamos la canasta básica”. 

Los hidrocálidos refieren que tratan de no caer en el pánico manteniéndose ocupados. Únicamente tienen dos clases en línea, de miércoles a viernes. Su plan es quedarse en Italia hasta que se cumpla su ciclo académico, es decir, hasta agosto. 

Jorge, Fernando y Eduardo valoran el apoyo recibido de sus familias, quienes les han transmitido tranquilidad, pese a estar miles de kilómetros de distancia: 

Siento que es más que nada para darnos tranquilidad a nosotros, pero no nos engañamos. La situación es crítica en cualquier parte del mundo, por lo que hay que extremar precauciones. Vemos que en Aguascalientes se está elevando la curva de contagios, entonces queremos advertirles que sigan las medidas para que no lleguen a las mismas circunstancias que estamos viviendo nosotros”. 

No obstante, el estar inmersos en el epicentro de la infección en Europa los llama a alertar a los hidrocálidos de la importancia de seguir con las medidas preventivas de distanciamiento y aislamiento social para prevenir un incremento exponencial en el número de contagios que podrían saturar los hospitales de la entidad. 

El mensaje es que acaten las indicaciones, porque si un país que se dice primermundista como Italia, está colapsando, principalmente en las ciudades del norte, no me quiero imaginar un país como México en el  que muchas veces no se encuentra preparado para este tipo de catástrofes”, refieren. 

Los estudiantes de la UPA manifiestan la importancia de no hacer compras innecesarias, de lavarse las manos constantemente, de evitar tocarse la cara, de cambiarse la ropa tras llegar del mandado, de quedarse en casa si está en la medida de sus posibilidades. 

Los hidrocálidos muestran preocupación por ver cómo México es objeto de incredulidad, a veces hasta de burla, en noticieros de España e Italia, al observar el desdén con el que el mandatario López Obrador enfrenta una pandemia que ha provocado más de 30 mil muertes en el mundo; o las imágenes de playas turísticas a reventar, haciendo caso omiso de las indicaciones dadas. 

«Piensan que no les va a pegar igual, vemos a la gente indiferente a esta situación. Cuando la transmisión empiece a ser comunitaria, llegará el pico de infección más grande. Les recomendamos que se queden en sus casas si no es necesario salir de allí«, concluyen los hidrocálidos. 

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