Por: Jesús Enrique Ramírez Pérez
Una de las líneas de acción del Nuevo Sindicalismo es la lucha por la equidad de género en los centros de trabajo, el promover la igualdad de oportunidades para que tanto mujeres como hombres accedan a un trabajo bien remunerado y productivo, en un ambiente libertad, equidad, seguridad y dignidad.
Estos preceptos los hemos mantenido como nuestra bandera en la CROM Aguascalientes, pues tenemos el pleno conocimiento de que la desigualdad laboral podrá erradicarse si desde nuestro metro cuadrado la combatimos.
La equidad es reconocer que hay una gran diversidad del otro y con ello se propician las condiciones para una mayor justicia e igualdad de oportunidades, por eso día a día en la Confederación generamos estrategias con las y los agremiados para lograr políticas de equidad de género y de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, en especial en el terreno laboral con condiciones de trabajo de calidad que permitan un desarrollo profesional cada vez mayor.
Como líder sindical me he encontrado con muchas afectaciones a las trabajadoras por la única razón de ser mujeres. Contrario a lo que consideran algunos grupos sindicales, nosotros velamos por la creciente capacitación de las trabajadoras para que lleguen a puestos de mando, y aquellos espacios que eran sólo para varones hoy deben estar abiertos a las mujeres y con ello concretar un círculo virtuoso de habilidades y capacitaciones.
Con las diferentes empresas hermanadas a la CROM trabajamos por una mejora continua, basada en la autoevaluación, estudiamos si sus acciones promueven realmente la igualdad de oportunidades y la no discriminación, porque para nosotros no puede haber un buen espacio laboral sin un ambiente de respeto, sano y equilibrado para poder ejercer nuestros derechos en plenitud.
Como lo ha señalado la OIT, los organismos sindicales tenemos la responsabilidad de generar las condiciones para prevenir violaciones a los derechos de las y los trabajadores como el hostigamiento sexual, el acoso laboral, los despidos injustificados; fortaleciendo las acciones afirmativas en favor del personal. Estas obligaciones están establecidas en una serie de instrumentos internacionales como, por ejemplo, la Carta de las Naciones Unidas, la Plataforma de Acción de Beijing 1995, así como la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, entre otras.
También existe el denominado “Programa de Trabajo Decente” (que es de carácter transversal), su aplicación es mediante políticas públicas coordinadas entre los diferentes órdenes de gobierno, sector empresarial, sociedad civil organizada y organismos sindicales.
Como CROM, nosotros enfatizamos la agenda de trabajo en la promoción de los derechos fundamentales, la generación de empleo, prestaciones como la seguridad social y vivienda, pero también en el mejoramiento del acceso de mujeres y hombres a la educación y a la formación profesional. Necesitamos dejar de pensar que el tema de las mujeres es sólo para las mujeres.
Históricamente, los sindicatos han sido espacios tradicionalmente masculinos creados para “defender los derechos de los trabajadores”, pero en la Confederación hemos demostrado que, a través de un gran equipo diverso, representamos a trabajadores y trabajadoras por igual, porque no se trata sólo de integrar a más mujeres en la representación sindical sino de generar las condiciones de equidad.