El domingo anterior, todos los liderazgos locales del PAN se reunieron en el comité estatal de ese partido para respaldar a los aspirantes a candidaturas a diputaciones federales, estatales y a la alcaldía de la capital.
Dentro del edificio, los panistas se tomaron varias fotografías pretendiendo aparentar un acuerdo de unidad al interior, efecto que mediáticamente lograron. Esta semana será decisiva para saber si los acuerdos tomados en conjunto con el Comité Directivo Nacional (CEN) del PAN serán respetados en Aguascalientes.
Hasta este momento, en los hechos, el Gobernador Martín Orozco se quedó con 5 candidaturas a diputados, dos diputaciones federales y tres municipios, que no incluye la llamada “joya de la corona” que es la capital del estado, posición que aparentemente será para Rubén Camarillo en acuerdo con la alcaldesa Tere Jiménez.
Si bien el acuerdo general parece beneficiar al grupo de Camarillo y Jiménez, aliada con grupos menores como el de Fernando Herrera, Arturo González y otros panistas de menor relevancia política, aún falta el estirón final en las negociaciones entre el Gobernador y el presidente nacional del PAN, Marko Cortés, quien abiertamente ha decidido dar su apoyo al grupo Camarillo-Jiménez.
Llama la atención que en al menos dos distritos que en teoría serán para el grupo del Gobernador, a última hora se sumaron otros panistas a la contienda. Estos distritos son el V y el VI, éste considerado un distrito de trámite para el PAN.
El V, ubicado al nororiente de la capital, es más disputado por partidos con capacidad de movilización en tierra como el MORENA y el PRI. Ahí, al final del domingo, el grupo de Tere Jiménez decidió enviar a dos precandidatos más para poner en entredicho la candidatura del director del Instituto de Educación, Raúl Silva Perezchica.
La fotografía parecía indicar un acuerdo general. En el fondo de las negociaciones, no es así. Por lo pronto, son dos los panistas de viejo cuño los quedarán marginados pese a haber hecho público su interés por competir por la capital de Aguascalientes: Manuel Cortina y Jaime Gallo.
Ambos del ala más conservadora del PAN y por lo tanto más cercanos a grupos empresariales y religiosos, fueron menospreciados, por decir lo menos, por los grupos que tomaron la decisión de seleccionar a Montañez. Mientras que Cortina alza la voz a través de su registro como aspirante pero después se echó para atrás, Gallo ni siquiera fue considerado para alguna otra posición. Al menos en redes sociales, ambos panistas cuentan con un gran apoyo y simpatía ciudadana, capital que aparentemente está siendo despreciado por los tomadores de decisiones.
Este tipo de boquetes, sumados a la incursión de Luis Armando Reynoso, Blanca Rivera Río y Gabriel Arellano, pueden ocasionarle al PAN y su soberbia, por lo menos un susto y menos representatividad en el Congreso local.
El pragmatismo que se da en la clase política (lo cual es normal) podría llevar a pensar que en un voto útil, estos tres actores podrían inclinar la balanza hacia el PAN o hacia MORENA, lo que hace sumamente atractivo ir midiendo su crecimiento para tasar su valor político.
Lo que es un hecho es que, por ejemplo, Reynoso Femat, por sus confrontaciones históricas con Rubén Camarillo no aceptaría brindar ningún tipo de apoyo al candidato panista, mientras que Rivera Río tendría mucho más afinidad con el candidato de MORENA por su cercanía con el ex gobernador zacatecano Ricardo Monreal.
Febrero pues, dista mucho de ser el mes de la amistad para los panistas de Aguascalientes, que al día de hoy, están tocando las dianas y los tambores de guerra en espera de un acuerdo político real que beneficie a todas las partes.