La cerveza es una de las bebidas fermentadas más antiguas del mundo y hoy, quizá, es una de las más populares. Sus orígenes se remontan a hace aproximadamente 9,000 años en el Medio Oriente, donde era producida por los sumerios.
Tuvieron que pasar varios siglos más y un sinfín de experimentos, para que adquiriera las propiedades que le conocemos en la actualidad. Para el siglo XII, franceses y alemanes ya habían perfeccionado la técnica de producción, la cual era muy similar a la actual.
En ese periodo, también comenzaron a aparecer los gremios cerveceros y la bebida se convirtió en un complemento alimenticio para peregrinos y enfermos alojados en albergues y hospitales.
El negocio casero: Del mundo para Aguascalientes
La cerveza artesanal llegó al Reino Unido a finales de los años 70. En ese tiempo, pequeñas cerveceras se dedicaron a producir cervezas de tipo ale de manera tradicional. A estas empresas se les conocería como microcervecerías, término que más tarde haría referencia a los negocios con enfoque alternativo.
Para que una cerveza sea considerada artesanal, según la Brewers Association, ésta debe estar compuesta únicamente de agua, malta de cebada, lúpulo y levadura. Además, la producción total por cervecería debe ser independiente y menor a los siete millones de barriles por año.
En 2015, el mercado mundial de esta bebida estaba valuado en 85,000 millones de dólares; sin embargo, se espera que para antes del 2025 tenga un valor de 502.9 mil millones de dólares, de acuerdo a un reporte de Grand View Research, Inc.
En el mundo, Australia, Bélgica, Alemania, Estados Unidos y Nueva Zelanda son los principales productores de cerveza artesanal. En conjunto, registran el 65 por ciento de la producción total mundial.
Este subsector de bebidas alcohólicas se ha vuelto un factor importante que contribuye en el crecimiento económico de los países. Por eso, la promoción de la cerveza artesanal es cada vez mayor, lo cual ayuda a que pequeñas empresas crezcan y generen más empleos.
La bebida más popular de México
La cerveza llegó a México durante la época de la Colonia. En ese periodo, se instaló en la Nueva España la primera fábrica de cerveza en el continente, “El Portal”, hecho que la convirtió en una de las bebidas más famosas de la región.
Para fabricar el producto, “El Portal” usaba las aguas producidas por el deshielo de los volcanes del Valle de México. Fue hasta 1890 cuando, en Monterrey, comenzó el auge de la industria cervecera en el país.
Hoy, la cerveza mexicana se distribuye en alrededor de 180 países. México es el principal exportador mundial de esta bebida, con 19.9 por ciento de participación en el mercado. Además, genera aproximadamente 2,500 millones de dólares en ventas.
En el primer semestre de 2016, exportó a Estados Unidos 17.98 hectolitros, lo que representa el 82 por ciento de las ventas totales. Los principales países a los que es llevado el producto mexicano son EUA, Australia, Chile, Canadá y Reino Unido.
En territorio nacional, la cerveza representa más del 80 por ciento del total de ventas de bebidas alcohólicas, siendo la punta de lanza del sector.
Cabe señalar que en el país existen dos grandes cerveceras que durante 2015, juntas, representaron el 99 por ciento del total del volumen de ventas de bebidas alcohólicas. Gracias a esto, en México surgieron más marcas de excelente calidad a precios competitivos.
Bebida milenaria… artesanal y mexicana
Aunque sus orígenes son un tanto inciertos, algunos cerveceros aseguran que Cosaco, de tipo ale, fue la primera cerveza artesanal en el país, la cual surgió a mediados de los 90.
También, hay quienes aseguran que San Diego, California es la meca de la real cerveza artesanal. Gracias a la cercanía de esta ciudad estadounidense con algunos estados mexicanos, como Tijuana y Baja California, éstos se volvieron pioneros en cuanto a la fabricación de la bebida.
En el nuevo milenio, los emprendedores comenzaron a emerger con propuestas más diversificadas en cuanto a estilos; pero es hasta 2011 que la producción artesanal se volvió más fuerte al grado de presentar un crecimiento significativo, el cual llevó a varios empresarios a exportar sus productos.
Cerveza artesanal en Aguascalientes
Líder Empresarial platicó con productores de cerveza artesanal hidrocálidos para conocer cómo va la industria en Aguascalientes y hacia dónde se dirige.
“Los primeros fueron, si no mal recuerdo, Encino, que ahorita es Triana. Después, Sierra Fría, Mala Santa, Goza La Vida, Clandestina, Barba Negra, María Porfiria, Inmaculada, Montoro y ahora se han sumado nuevas marcas. Todas son hidrocálidas, que comenzaron desde 2007”, menciona Melesio Montoya, fundador de Goza La Vida.
Los cerveceros aseguran que su camino en este sector no es fácil pues la inversión, el trabajo y el tiempo pueden no rendir frutos rápidamente.
“La inversión depende de lo que quieras hacer y cuánto quieras producir. Puedes gastar de medio millón de pesos hasta seis millones”, señala Eduardo Guzmán Cano, de Roja Imperial.
De acuerdo a Eduardo Guzmán, para la creación de Roja Imperial recurrieron al Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), del cual obtuvieron un financiamiento aproximado de 85,000 pesos. Esto lo sumaron a su inversión propia de 50,000 pesos.
En el caso de Goza La Vida, el equipo se acercó a la Universidad Autónoma de Aguascalientes para posteriormente llegar al INADEM, de quien obtuvo un recurso de 100,000 pesos, que también agregó a su inversión propia (100,000 pesos). Con esto, alcanzó una producción de 100 litros por lote.
Aunque en Aguascalientes se manejan alrededor de 20 estilos de cerveza, la realidad es que existen más de 400, según cuenta Melesio a Líder Empresarial.
Una industria en crecimiento
En el estado existen aproximadamente 20 diferentes marcas de cerveza local, de ellas, nueve pertenecen a la Asociación de Cerveceros de Aguascalientes desde hace poco más de tres años.
“La intención de formar la asociación es fortalecer al gremio y comenzar a tener un crecimiento exponencial. Definitivamente solo no se va a poder”, puntualiza Eduardo.
Con la creación de este grupo, tanto Eduardo como Melesio, consideran que lograrán estrechar lazos con organizaciones de diferentes estados para fomentar el intercambio de ideas y la difusión de productos.
Para poder evaluar una buena cerveza, existe también la Beer Judge Certification Program, que cuenta con un manual sobre las recetas de cada bebida. Los jueces del organismo son los encargados de avalar si los productos cumplen con las características que deberían. De esta competencia, las cervezas hidrocálidas que han ganado medallas son Ágata y Barba Negra.
Pese a la buena calidad de las cervezas locales, Aguascalientes aún debe crecer en este sector pues, hasta la fecha, no existe ningún cervecero hidrocálido que pueda mantenerse a flote únicamente de su negocio.
Al no representar un elemento significativo para el desarrollo económico estatal, los datos precisos sobre la producción de cerveza artesanal en el estado son inciertos; pero, de acuerdo a lo señalado por Eduardo, Melesio y Rafael Garza, éste último productor de María Porfiria, en territorio hidrocálido se producen entre 8,000 y 16,000 litros de cerveza.
La cultura de la cerveza
Beber cerveza, cuando es artesanal, tiene su chiste. No se trata de embriagarse; se trata de apreciar los sabores y consistencia, tal como se haría con un buen vino.
“La gente cree que de las cervezas sólo existen la clara y la oscura; pero si buscan una nueva experiencia, tienen que animarse a probar los otros tipos”, dice Melesio.
Con tan amplia variedad de sabores, la cerveza artesanal puede acompañar diferentes alimentos. En el caso de las más suaves, se recomienda servirlas con platillos ligeros como ensaladas. En cuanto a las que son de robusto sabor, bien podrán ser el complemento perfecto de carnes rojas y platillos fuertes.
“Una imperial stout, que tiene ese toque de café, puedes combinarla perfectamente con un mole o incluso con un postre, un pan de chocolate. Una cerveza india pale ale se puede combinar con pozole o panes de zanahoria”, comparte el fundador de Goza La Vida.