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La economía circular hacia el 2030

Por: Gabriela Bustamante, Directora de Propósito e Inclusión, y Eduardo Reyes, Socio líder de Advisory en PwC México.

El año pasado comenzó la cuenta regresiva para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU, lineamientos que buscan impulsar la colaboración de todos los sectores de la sociedad para poner fin a la pobreza y proteger el planeta (señalando al cambio climático como uno de los retos más apremiantes).

Dado que un considerable porcentaje de los gases de efecto invernadero y de deshechos que emite la actividad humana corresponden al sector privado, las decisiones que tomen hoy las empresas podrían representar una fuente de crecimiento a futuro. Conforme se acerca la siguiente década, resulta más claro que dar prioridad a esto se convertirá en sinónimo de confianza, certidumbre y continuidad del negocio para las compañías.

De acuerdo con la Global CEO Survey 2021 – Capítulo México de PwC, 50% de los directores generales invertirá en sostenibilidad y prácticas medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. Las soluciones alineadas con los ODS adquieren mayor relevancia, en especial, conforme el mundo se dirige hacia la economía circular.

Este modelo de negocios busca erradicar la sobreexplotación de los recursos naturales al integrar procesos más sostenibles y eficientes; eliminar los residuos y contaminación (desde el diseño de soluciones, productos y servicios); alargar la vida útil de los productos; y reducir (o incluso eliminar) el uso de materias y energías no renovables.

Para aplicar este sistema, es importante que las empresas identifiquen las áreas susceptibles de eficientarse para reducir y reusar recursos en sus procesos logísticos o de cadena de suministro.

Al igual que la Agenda 2030, el camino hacia la economía circular se construye con iniciativas provenientes de todas las esferas sociales. Es decir, requiere de esfuerzos conjuntos y de cumplir las siguientes condiciones:

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  1. Disponibilidad de herramientas

Establecer un precio competitivo tanto para las empresas como para las personas continuará siendo la puerta de entrada hacia la economía circular. Entre más opciones existan, más rápido se adoptará este modelo.

  1. Regulaciones

Lineamientos amigables con los esfuerzos en pro de modelos más sostenibles y orientados a incentivar el uso de tecnologías limpias. El sector automovilístico es un gran ejemplo, pues se han fijado estándares de desempeño y eficiencia en el uso de combustible.

  1. Promover la concientización

Recalcar la importancia de adoptar prácticas y hábitos de consumo responsables con el medio ambiente en todos los niveles de la sociedad, a través de campañas y programas educativos.

  1. Investigación y desarrollo de tecnología

Las inversiones en este rubro, por parte del sector público y privado, ayudarán a producir nuevas tecnologías para reducir el impacto ecológico tanto de productos como de servicios, así como mejorar la eficiencia de los recursos actualmente utilizados.

Muchas compañías y negocios todavía piensan que una transformación tecnológica representa un gasto significativo y no una inversión. Sin embargo, los beneficios a largo plazo superan con creces los costos del presente. Formar parte de una economía circular permite acceder a fuentes de financiamiento exclusivas en la actualidad para empresas con este tipo de intercambio.

En resumen, las organizaciones son pieza clave para cumplir las metas ambientales globales. Se necesita que reajusten sus modelos de negocio hacia estándares más sostenibles para lograr una transformación mundial. Este nuevo paradigma traerá consigo nuevas oportunidades económicas para las organizaciones que sepan aprovechar la transición hacia la sostenibilidad.

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