Su meta fue siempre hacer actividad física; pero no para correr por el mundo ni mucho menos para resistir largas distancias. Por la exigencia de superación diaria, una ardua disciplina inspirada por su madre y el autoconocimiento de su cuerpo motivaron a Cecilia Aldrete a participar en los mejores maratones del orbe.
La primera pasión fue el fitness, actividad que impartió durante una década. ¿Qué cambió? Comenzó con un reto a los 25 años, relata Cecilia, cuando su familia le dijo que la resistencia adquirida como instructora era diferente a la de una corredora.
Cecilia Aldrete confiesa que no fue fácil empezar, pero con el tiempo se demostró que no había imposibles para ir más lejos: arrancó con 10 kilómetros (km), después pasó al medio maratón y en poco menos de un año entrenaba para competir en 42 km.
“Me dio mucha satisfacción lograr algo que yo veía lejano…A pesar de que tenía muchos años como instructora, correr era una actividad que costó mucho trabajo y cuando lo intenté no me gusto porque me sacó de mi zona de confort”, destacó.
Después de experimentar el Maratón Internacional Tangamanga, Aldrete apostó por el maratón de Nueva York, luego entrenó para Boston y posteriormente se preparó para correr en Victoria, Chicago, Berlín, Washington, Tokio, Napa Valley, California y Ámsterdam. Actualmente, tiene 16 participaciones en trece años de ser corredora de fondo.
Al maratón hay que adaptarse a su exigencia porque demanda mayor desgaste físico y una recuperación más lenta que en recorridos cortos. El clima, la altitud y la altimetría de la competencia son los principales retos a los que se enfrenta en cada competencia, asegura la atleta.
¿Cómo se prepara? Primeramente, con una alimentación saludable, un descanso adecuado, una buena hidratación, así como una rutina de entrenamiento con sesiones de fortalecimiento, de movilidad y flexibilidad a lo largo de doce a quince horas a la semana.
Fuera de mejorar tiempos o aumentar distancias, dice que lo más importante es su determinación para concluir la competencia pese a las dificultades físicas y naturales que suelen presentarse a lo largo de un recorrido, la regla es responder ante esas circunstancias.
“Creo que por eso me gusta mucho el maratón…Tienes un autoconocimiento para responder a pesar de las adversidades.”, destacó.
Tiene otra ligera ventaja, no es la única disciplina deportiva que práctica en el año, pues también realiza triatlón y ciclismo, actividades que le permiten salir de su zona de confort.
“Es una sensación que me ha gustado mucho porque descubrí que he logrado trasladar las mejoras de una disciplina a otra”, explica.
En este año se fijó la meta de participar en tres maratones. Además, tiene la determinación de correr y pedalear toda su vida, mientras que a futuro tiene el anhelo de retomar sus clases como instructora.
“Uno puede correr los años que quiera siempre y cuando cuide y respete su cuerpo…Además, con los avances de la ciencia del deporte se ha alargado la vida deportiva de los atletas profesionales y recreativos”, finalizó.
