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La brecha socioeconómica en el país y el estado no disminuye

El Nivel Socio Económico (NSE) es un referente desarrollado por la Asociación Mexicana de Agencias de Inteligencia de Mercado y Opinión (AMAI), basada en un modelo estadístico que permite clasificar a los hogares de una manera cuantitativa y cualitativa, de acuerdo a su Nivel Socio Económico. Los NSE son una segmentación social y mercadológica muy utilizada dentro y fuera de México  y ha permitido a la industria, el comercio, los medios, las agencias de comunicación, las instituciones públicas, la academia y las empresas de investigación, analizar de una manera eficaz y sencilla a los grupos que integran la sociedad mexicana.

La AMAI infiere que su segmentación clasifica a los hogares, y por lo tanto a todos sus integrantes, de acuerdo a su bienestar económico y social, en el sentido de qué tan satisfechas están sus necesidades de espacio, salud e higiene, comodidad y practicidad, conectividad, entrenamiento dentro del hogar, su planeación y futuro.

Los niveles socioeconómicos van desde “AB” que son los de nivel más alto, hasta“E” clasificados como los de nivel más bajo, pasando por otros cinco segmentos calificados como “C+”  “C”, “C-“,  “D+” y “D”.

Más de la mitad de la población aguascalentense,  se encuentra clasificada en la letra «D+» y «D». Es decir, que se encuentran entre el nivel bajo «típico» y el nivel bajo «extremo». Las zonas abundantes en familias «D+» y  «D» se encuentran en el Oriente de la ciudad y la franja sur poniente  de Aguascalientes que va de Pilar Blanco hasta las Huertas.

Las familias de este NSE  tienen mala calidad de vida. Pasan por problemas para contar con lo básico para vivir, y regularmente conviven en condiciones sanitarias mínimas. Las familias de este nivel, en condiciones extremas tienen problemas para sobrevivir, incluso dejan de comer algunas veces.

Los 30 mil del nivel «E» que corresponde al de menor rango, llevan la vida más precaria de todas  y presentan carencias muy graves. Son  muy escasas sus redes sociales de apoyo.

Estos grupos precarios gastan entre el 6% y el 8% de sus ingresos en educación, cifra menor al 10% que destina el promedio nacional o del 15% asignado por los NSE más altos. A diferencia, por cierto,  de lo destinado a la salud, que representa el 3% del gasto tanto en el nivel «E» como en el «AB».

Las grandes diferencias socioeconómicas se dan, desde la cantidad y calidad de los metros cuadrados de las viviendas en donde habitan, hasta  en el menaje y equipamiento de los hogares.

El Instituto de Investigaciones Sociales A.C. publicó este año La Evolución de los NSE, las Familias y  el Consumo de Medios, la separación nacional entre niveles, tanto en poder adquisitivo, como de haberes y saberes:

En Aguascalientes, hace 10 años los AB representaban sólo el 4.7%, cuando al país se le asignaban el 4.4%.  Y ahora, suponen una cantidad superior al  7%. La verdad es que la AMAI no ha actualizado los NSE por estado para saberlo; pero el resto de los niveles son semejantes, estamos hablando de un 32% nacional a un 33% estatal de la letra “C” en sus diferentes acepciones;de un 54% nacional a un 56% estatal de la letra «D+» y  «D»; y el resto 7% y 4% con un nivel “E” tasado en un dígito, que varía dependiendo de las características de las entidades.

El propio Instituto de Investigaciones Sociales A.C. hace una caracterización de las  familias de los diferentes niveles, ya que  tienen distinta composición entre sí. Las de mayores ingresos presentan hasta un 20% adicional de padres con hijos jóvenes, y un 10% más de padres, hijos y parientes, los que podríamos describir como hogares multigeneracionales con chicos y grandes, propios de clase media y media alta.

Para los niveles «D+» y  «D» lo típico son hogares con padres e hijos pequeños, y en aumento, los de jefas de hogar sin pareja y con hijos; hasta la mitad  de los hogares tiene este tipo de composición.

Las familias más pobres corresponden a nidos vacíos y hogares unipersonales, estas personas por lo general están abandonadas por el resto de sus familiares y en general son adultos mayores o con limitaciones diversas. Vivir sólo en México es más síntoma de vulnerabilidad que de autonomía, siete de cada diez hogares unipersonales son pobres o muy pobres.

Sinaloa, Aguascalientes y Oaxaca registran las desigualdades más altas de ingresos entre la población más vulnerable con respecto a las familias más acaudaladas. En Aguascalientes, una familia que pertenece al primer decil percibe ingresos por 3 mil 213 pesos contra 81 mil 528 del decil de mayores rentas. El equivalente a 25.4 veces.

 

 

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