“Es dura la llamada cuesta de enero, nos damos cuenta porque empieza a haber demasiados empeños, la gente se empieza a quedar sin dinero y desgraciadamente la mayoría de las personas no tienen la educación para ahorrar o guardar algo, aunque muchas veces no lo hacen porque sus sueldos son muy bajos, pero tampoco tienen la cultura de cuando tienen un poco más de dinero saber para qué dirigirlo”, comenta Roberto Soto Medina, propietario de la Casa de Empeño y Bazar El Tecolote.
Para este empresario es muy recomendable que la gente al acudir a empeñar algo se fije en el tipo de interés que le cobran e irse a la mejor opción, “es como realizar las compras de la semana, tú vas a donde mejor opción te dan y desgraciadamente, en ocasiones, mucha gente no se da cuenta que existen incluso casas de empeño que son internacionales y cobran el doble de intereses que cobramos normalmente, por lo que al acudir a una casa de empeño donde se cobre un interés muy excesivo será muy difícil que las personas recuperen sus objetos”.
Añade que la cuesta se siente más la segunda quincena de enero y febrero, incluso en marzo, empezándose a componer la situación económica a partir del mes de abril en donde muchas personas de la entidad se acomodan en trabajos por motivo de la verbena abrileña.
En este tipo de negocios se debe tener mucho cuidado, pues varias veces se pretende empeñar un aparato dañado y nada más lo ponen a funcionar por el momento. Por lo que Soto Medina tiene especial cuidado en que el producto tenga el sello de garantía con el que salió de fábrica. “Productos que ya vienen abiertos o que ya los compusieron, pues ya no los tomamos, porque se supone que si los pierden al ya no recogerlos, los tengo que vender al público, a quien se le tiene que dar cierta garantía de que va a comprar un producto bueno, ya que no se puede ofrecer a la venta un producto malo que le funcione dos o tres días para que después digan que esa casa de empeño les vende pura basura”, apunta.
En Casa de Empeño y Bazar El Tecolote manejan un interés muy bajo, ya que los préstamos que otorgan van desde los cien a los tres mil pesos en promedio. Punto importante es que no necesariamente se paga todo el mes de interés, pues si se recupera el objeto a la semana del empeño, solo se cobra la parte proporcional de siete días; si en dos, catorce y así sucesivamente.
“En este negocio me doy cuenta de que la gente compra cosas que ni necesita y ya cuando se siente apretado con sus gastos viene a empeñar esas mismas mercancías por haber gastado innecesariamente los pocos recursos que tenía. Hay mucha gente que está acostumbrada a vivir empeñando. Empeña, llega la quincena luego lo recuperan y vuelven a empeñar, por lo que siento que es falta de una cultura en donde el mismo dinero que obtienen por el empeño lo gastan incluso en diversiones o viajes que pudieran haber evitado», finaliza.