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La Alianza Centro-Bajío-Occidente según el Índice de Desarrollo Humano (IDH)

El nuevo Índice de Desarrollo Humano (IDH) está calculado con base en los datos de las oficinas nacionales de estadística y del Global Data Lab (una de las mayores fuentes de información sociodemográfica para los países en vía de desarrollo).

A escala nacional, el nuevo indicador coincide exactamente con la versión oficial del IDH. De tal forma, encaja con el paradigma de desarrollo actual y, al mismo tiempo, da un paso hacia la ampliación del paradigma.

Global Data Lab indica: “El índice que hemos desarrollado se puede entender como un telescopio para identificar problemas en la distribución del desarrollo humano, ya que amplifica hasta diez veces la imagen que obteníamos con instrumentos anteriores” comentan los autores del proyecto.

Agregan: “Ahora podemos observar en qué áreas dentro de los países hay más carencias educativas, económicas o sanitarias, de manera que los recursos se pueden dirigir de forma más efectiva hacia los lugares que más los necesiten”.

Más desigualdad en los estados y países pobres

Los primeros análisis que utilizaron el nuevo indicador muestran que, en los países con niveles de desarrollo humano bajo y medio, la distribución en su interior es particularmente desigual.

La desigualdad entre las regiones es mucho menor en los países ricos, donde los gobiernos disponen de mayores recursos para desarrollar buenas infraestructuras educativas y sanitarias en todas sus regiones.

¿Y los estados de la ACBO?

La Alianza Centro-Bajío-Occidente (ACBO) es un bloque regional mexicano de 25 millones de personas, que ha establecido un plan de trabajo y soluciones en cuestiones de medio ambiente, desarrollo social, economía y educación. ​

Agrupa a los cinco estados con el mayor crecimiento económico de México y tiene el objetivo de convertirse en la región con mayor Índice de Desarrollo Humano de Latinoamérica —para así posicionarse como una de las de mayor competitividad y bienestar social a nivel global—.

Aguascalientes ha tenido un crecimiento potencial importante en materia de desarrollo humano, en particular en el indicador de esperanza de vida, donde la expectativa de vida alcanza los 77 años en general (pero entre sus mujeres supera los 80 años).

Querétaro y Aguascalientes aparecen entre los pocos estados que rebasaron los diez años de escolaridad entre su población de quince años y más, según el Censo del 2020.

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Esto contrasta con la plataforma básica para el desarrollo de la OCDE que la ubica en doce años de escolaridad. Los demás estados de la región continúan entre 9 (Guanajuato) y 9.9 (Jalisco) años de escolaridad.

Para el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), Querétaro tiene los “tiros” más competitivos de la región en materia de competitividad. Aguascalientes presenta mejores lugares en los siguientes temas:

No obstante, obtiene clasificaciones bajas en temas tales como:

¿Y el salario?

Los salarios, tanto en México como en la región, representan una limitación para mejorar el ingreso per cápita de las personas.

Según datos del 14 de enero de 2021, Chile es el país con el salario mínimo más elevado de América Latina. En este país sudamericano, los trabajadores tienen garantizado por ley un salario mensual de 326 mil 500 pesos chilenos (lo que equivale a más de 440 dólares estadounidenses).

En México, el salario en dólares asciende a 215 dólares mensuales. Con el incremento al salario mínimo del presidente Joe Biden en la Unión Americana a 15 dólares la hora, el salario mínimo mexicano es devengado en E.U.A. en 15 horas de trabajo (y no en 160 como ocurre en nuestro país y región).

AGUASCALIENTES: COMPETITIVIDADES ESTATALES AL BLANCO  

A pesar de lo anterior, en Aguascalientes tenemos un permanente crecimiento del IDH. Los nuevos datos lo ubican por encima de los 0.800 puntos, lo que anticipa nuevas formas de hacer atractiva la entidad (tanto para la inversión como para el desarrollo).

Nuevos paradigmas: Índice de Desarrollo Humano ajustado por presiones planetarias

La edición del 30 aniversario del Informe sobre Desarrollo Humano, “La próxima frontera: desarrollo humano y el Antropoceno, introduce una variante experimental del Índice de Desarrollo Humano (IDH).

Al ajustar el IDH, que mide la salud, la educación y el nivel de vida de los países, para incorporar otros dos elementos — las emisiones de dióxido de carbono y la huella material de los países—, el nuevo índice ilustra la transformación que podría darse en el ámbito del desarrollo, si tanto el bienestar de las personas como la integridad del planeta fueran considerados de manera conjunta como piedras angulares del progreso humano.

El Índice de Desarrollo Humano ajustado por presiones planetarias (PHDI, por sus siglas en inglés) saca a la luz un nuevo panorama mundial con una perspectiva menos idílica sobre el progreso humano.

Por ejemplo, más de 50 países abandonan el grupo de desarrollo humano muy alto, como reflejo de su dependencia de combustibles fósiles y su huella material. A pesar de estos ajustes, países como Costa Rica, Moldavia y Panamá suben al menos 30 puestos. Esto demuestra que es posible reducir la presión sobre el planeta.

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