El 2020 ha sido un año largo y complicado para todos, pero que nos ha dejado como aprendizaje la importancia de la salud mental y física. El año nuevo se acerca y con él las listas de propósitos que cada uno formará según sus prioridades. Sin embargo, sería importante añadir a ella hábitos que nos ayuden a mantenernos saludables a corto y largo plazo.
La salud mental y la salud física van de la mano, por lo que es fundamental no dejar de lado ninguna, lograr un equilibrio sin colapsar en el intento. Para esto, se puede comenzar con actos sencillos pero importantes:
- Dormir 7 horas por día.
- Tomar dos litros de agua.
- Hacer 30 minutos de ejercicio físico a diario.
- Implementar una dieta equilibrada con alimentos frescos.
Las actividades que pueden emprender las personas para alcanzar y mantener la tranquilidad en sus vidas son varias y tan amplias como la diversidad misma. Entre las opciones están, programar actividades divertidas, ya sea individuales o en grupo, para olvidarnos del estrés:
- Unirse para practicar juegos de mesa.
- Ver películas o series.
- Escuchar música.
- Concentrarse en las sensaciones propias o comunicarse de forma positiva con los seres queridos
Estar en constante movimiento es otra de las cosas que nos permite mantenernos equilibrados:
- Hacer ejercicio.
- Inscribirse a un gimnasio.
- Evitar el sedentarismo para mantener nuestros músculos y tener una condición cardiopulmonar adecuada.
- Practicar yoga.
- Bailar.
Te puede interesar:
Agilizar la mente es importante, pues al igual que el cuerpo requiere mantenerse ejercitada:
- Leer un libro.
- Armar un rompecabezas.
- Jugar ajedrez.
- Resolver acertijos.
- Hacer operaciones matemáticas.
- Jugar algún videojuego.
Por otra parte, buscar la ayuda de un especialista en psicología es beneficioso para nosotros mismos y quienes nos rodean. Nos ayuda a comprender lo que nos acontece, nuestras reacciones ante los cambios que se nos presentan y tener una mejor introspección para ser capaces de resolver las problemáticas sin ayuda extra..
Liberar el estrés, a través de las diversas actividades posibles, nos asegura una vida más saludable y por lo tanto, tranquila. Son cosas que se pueden ir agregando a la rutina diaria en beneficio propio y como una forma de cuidarnos y apapacharnos. Además, nos abre la posibilidad de tener una vejez sin complicaciones, donde se pueda disfrutar de la vida en vez de padecerla. No sólo como propósitos de un nuevo año, sino como propósitos de vida.