Desde marzo de 2021, Karla Yazmín Esparza Lazalde se desempeña como directora general del DIF Estatal, una dependencia que ya conocía, toda vez que al momento de su nombramiento estaba fungiendo como Procuradora de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en el Estado, área en la que años antes ya había ocupado la Jefatura del Departamento de Adopciones.
Abogada de profesión por la Universidad Panamericana Campus Bonaterra y con un posgrado en Derecho Familiar por la misma institución, cuenta con una trayectoria de más de 25 años en la administración pública, puesto que comenzó a laborar en el área Jurídica del DIF Municipal de Aguascalientes en 1995, donde previamente había hecho su servicio social, aunque su primera incursión en el mundo laboral fue en el despacho Miranda y Asociados.
Fue hacia 1998, cuando concluyó el trienio de Alfredo Reyes Velázquez, que recibe la invitación a trabajar en el DIF Estatal, en el sexenio de Felipe González González, concretamente a lo que hoy es la Procuraduría de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, como jeja del Departamento de Adopciones y Protección al Menor, donde se desempeñó durante doce años, siendo uno de sus principales logros la realización de adopciones internacionales.
Posteriormente, colaboró como Coordinadora de Mediación en la Secretaría General de Gobierno, ya en la administración de Carlos Lozano de la Torre, para luego colaborar en un despacho privado y al cabo de dos años regresar al servicio público, en concreto al municipio de Aguascalientes, donde colaboró como asesora jurídica de la Secretaría del H. Ayuntamiento.
Ya en la actual administración estatal, Karla Esparza se desempeñó en el área jurídica de la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDEC), siendo en 2019 cuando retorna al DIF Estatal para fungir como Procuradora de Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, donde permanece poco más de dos años, para luego convertirse en la titular de la dependencia que preside Yolanda Martínez de Orozco, y en la que también está encargada de la recién creada Secretaría de la Familia.
“Haber sido procuradora fue un sueño cumplido porque prácticamente el área familiar es en la que he desempeñado y he estudiado para tener esta posibilidad de llegar a lograr. Y ahora estar como directora del DIF Estatal, ha sido un privilegio porque estamos hablando de cambiar vidas, porque el tema social, la protección de niñas, niños y adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad, es un tema en el que se ha cumplido y se ha tratado de cumplir: hemos cambiado muchas vidas (…) Ha sido de verdad más allá de cumplir un sueño”, señala la funcionaria.
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En cuanto al legado que dejará la administración de Martín Orozco Sandoval y su esposa, Yolanda Ramírez de Orozco, a través del DIF Estatal, Karla Esparza mencionó que son varios los programas y acciones que han logrado concretarse, entre ellos “Juntos por la Vida” que acoge y protege a los adolescentes para prevenir el suicidio mediante atención psicológica.
También destacó el programa “Vida Plena” dirigido a los adultos mayores y mediante el cual se conjugan las acciones de varias dependencias a este sector poblacional; de igual modo, sobresale el programa de “Familias de Acogida” cuyo manual para su implementación fue debidamente publicado en el Periódico Oficial del Estado, en beneficio de niñas, niños y adolescentes.
Al mismo tiempo, sobresale la creación de la Secretaría de la Familia que aglutina los programas y acciones de varias dependencias a favor del núcleo social y atendiendo lo establecido en el artículo Cuarto de la Constitución Política del Estado, el cual señala que todas las políticas de la administración pública deben ser implementadas con perspectiva de familia.
De igual modo, la abogada se refirió a la recuperación del Bordo Santa Elena, cuyo fin último es contribuir a la reconstrucción del tejido social, específicamente en beneficio de las familias que habitan en el oriente de la capital de Aguascalientes.
En este tenor, Karla Esparza consideró necesario que la próxima administración estatal haga las gestiones necesarias para que se incremente el presupuesto que se destina al DIF, puesto que 211 millones de pesos son insuficientes para una institución que atiende a los sectores más vulnerables de la población, aunado a que es imperativo que deje de verse a esta institución como una que solo entrega despensas y aparatos funcionales.
“Al final del día es muy gratificante trabajar en el DIF Estatal, porque la asistencia social que se brinda a los grupos vulnerables de la sociedad mantiene muy activa la parte humana de los gobiernos. Yo de manera personal, en mi propia familia, en mis hijos he encontrado un apoyo definitivo; esta parte es la que te mantiene activa como parte humana de gobierno. A mí como servidora pública, pero también como ciudadana, como mamá, hija, vecina, amiga, definitivamente me ha hecho una mejor persona (…) Va más allá de un trabajo social; me he perfeccionado como persona, o he intentado hacerlo, y como una buena ciudadana también, porque algún día dejaré de ser servidora pública, pero me quiero seguir dedicando al tema social”, concluye.
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