El amor que tiene José Antonio Cervantes por el diseño, la música, el cine, la tecnología y el automovilismo, lo han dotado de un buen ojo para la creación arquitectónica. El primer acercamiento con la disciplina se dio en la infancia, donde visitaba sitios de construcción con su padre. Realizó su preparación profesional en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) de Guadalajara, institución por la que aún guarda aprecio.
Al finalizar la etapa académica se integró a un despacho de arquitectura en Guadalajara, el cual se dedicaba 100% al diseño. La estadía en el lugar le permitió una visión panorámica de la arquitectura y las interacciones interdisciplinarias; características que más tarde trasladaría a Taller Habitat.
Desde una perspectiva creativa, José Octavio tiene gran apertura a las influencias inspiradoras, pues evalúa con detenimiento lo que desarrollan sus colegas, al mismo tiempo que toma elementos del cine y la música.
“Es muy grato saber que México tiene excelentes exponentes en la Arquitectura contemporánea y todos ellos son una gran fuente de inspiración. Recientemente una torre de oficinas de la ciudad de México fue declarada como el mejor rascacielos del mundo”, comentó.
Para este arquitecto, la importancia de sus obras es equivalente a sus propósitos, por lo que no es sencillo armar una jerarquía. Las últimas dos casas residenciales hechas por su equipo consolidaron la calidad de su trabajo; por otro lado, el Parque Tierra Adentro fue un ejemplo de la transformación de un lugar abandonado a espacio público, mismo que ha incidido directamente en la vida de sus vecinos.
José Octavio opina sobre el futuro de la disciplina: “Espero que la arquitectura contribuya a que toda la humanidad tenga una mejor calidad de vida y que nos permita mantener nuestra forma de vivir, pero cuidando nuestros recursos naturales y nuestro planeta”.