José Carlos Lozano es un apasionado de la arquitectura y del patrimonio que hereda. Desde muy temprana edad había un pulso latente hacia las actividades creativas. Fue cuestión de tiempo para que eligiera seguir el camino de la disciplina hasta convertirse en un «talento clásico» de Zacatecas.
Cursó la carrera de Arquitectura en la Universidad de La Salle en la Ciudad de México, en la generación 1968-1973. Mientras estudiaba trabajó en un despacho propio con otros tres amigos. Empezó a escalar en lo profesional debido a las características particulares de sus diseños. Asimismo, se ha desempeñado en la docencia, pues considera que la formación de nuevos arquitectos es equivalente al reconocimiento de sus obras.
«Empecé a ganar concursos y proyectos particulares, con un diseño muy propio que me caracteriza. Dentro de la arquitectura he desarrollado lo que he querido, ser catedrático y formador de arquitectos; disfrutar la satisfacción de ver mis obras», comentó.
José Carlos sabe que todas sus creaciones son igual de importantes, cada una cuenta diferentes historias y su construcción se realiza con base en el respeto al entorno y siguiendo las pautas que marca el contexto. Durante sus años de trayectoria ha desarrollado proyectos del ámbito privado y público, destacando plazuelas, como la Goitia; museos de sitio, como el de la Quemada; edificios públicos, como el Congreso del Estado de Zacatecas y obras relacionadas con lo ecológico.
“Sobre el futuro de la arquitectura, espero que no se pierda la creatividad, la identidad del lugar y el respeto a la arquitectura contemporánea. En mis obras lo más importante es la integración al entorno, con estilo propio y un proyecto con mucha personalidad”.